El mercado inmobiliario de Salamanca sigue sin levantar cabeza. El año pasado se vendieron más viviendas que el anterior, pero por un importe inferior.
El pulso sigue siendo débil y revela el alcance del pinchazo de la burbuja que se generó a principios de siglo y a la que no fue ajena la provincia.
No se trata de volver a las cifras de ventas que se alcanzaron durante el calentamiento del mercado, pero es que ni siquiera se aproximan a las que había antes del inicio de la tormenta.
Según los datos del INE, el año pasado se formalizaron 1.653 hipotecas sobre viviendas, lo que supone 58 más que el ejercicio precedente pero un 78% menos que en 2006, que es cuando se alcanzó el pico más alto de ventas, con 7.671 hipotecas sobre viviendas.
Cae el número de hipotecas y el negocio aún más, porque aunque el año pasado se vendieron más hipotecas que en 2017, el importe global fue de 153 millones, tres menos que en 2017.
El volumen de negocio del año pasado es un 83% inferior al que se registró en 2006, cuando se cerraron hipotecas por un importe total de 926 millones de euros.