[dropcap]H[/dropcap]oy te escribo más sobre la filosofía, bases y fundamentos del Yoga: las 3 gunas.
Y aunque yo soy de 4, en la vida hay muchas cosas que son 3. Las 3 mellizas, las 3 brujas, los 3 mosqueteros… Pues las gunas son 3. Y… ¿Qué es esto de las gunas?
Para empezar, luego entraremos más en detalle, te digo que son cualidades que todos tenemos presentes. Una en más medida que las otras, y esa que predomina lo hace en todo: en nuestra manera de movernos, de actuar, y de pensar; en nuestra dieta y en nuestra mente.
Y la búsqueda a través del camino del yoga es, una vez más, el equilibrio. ¡Ay! Ese famoso equilibrio que nos da la felicidad. Allá vamos. Disfruta.
La primera que os cuento se llama Rajas, leída rayas. Asociada con la actividad, la pasión, el exceso en una persona de actividad, la inquietud. Emociones que nos alejan de nuestro centro.
La segunda que os trasmito es Tamas. Relacionada con la oscuridad, la falta de movimiento, la pesadez, lo apagado. Te desvitaliza y también te aleja de tu centro.
Y la última, hacia la que todo yogui (y no yogui) debe tender, es el equilibrio de las dos anteriores. Se llama Sattva. Es cuando eres capaz de hacer malabares para que esas dos dualidades se mezclen genial y hagan un resultado de lo más agradable. La claridad. Este resultado es el de sentirte a la vez con energía y sosiego, es: EL TODO EN UNO.
Son términos que quizás no usas habitualmente, solo con tu amigo del alma yogui. En plan: “Amigo hoy no salgo, estoy tamásica”. Es decir, únicamente una grúa te sacaría del sofá. O al revés: “Amigo yogui hoy estoy rajásico y necesito parar y respirar, buscar un estado más sáttvico”.
El caso es que como en esto del yoga lo que queremos es autoconocernos cada vez más, estas tres gunas te ayudan a saber más de ti. Y a buscar ese equilibrio tan rico.
También lo vemos en una práctica de yoga: cómo vas pasando de un estado tamásico al principio de la sesión, cuando empiezas a soltar, a uno quizás rajásico, más activo con las asanas (posturas) y por último, en la relajación final, llegas a ese estado de equilibrio: Sattva.
Así que con esta cosa tan novedosa os despido hoy. Sin olvidar desearos: Que seáis felices y sáttvicos.
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