Con estas palabras comparecía este lunes en el Juzgado de lo Penal Nº1 una mujer que denunció un presunto intento de atropello de su exmarido. Asegura que no es la primera vez que pasa y que no ha denunciado anteriormente por miedo a la reacción del acusado A.M.M. Para él se pide por parte del Ministerio Fiscal una condena de un año de prisión, tres años de retirada del permiso de armas y dos años con orden de alejamiento.
Los hechos tuvieron lugar el 27 de marzo de 2018 a las 14:00 en la Calle Linares de Salamanca. El acusado y la denunciante tienen una hija menor de edad en común. El acusado posee un régimen de visitas según los acuerdos del divorcio. El supuesto incidente se produjo cuando el acusado recogió a la niña. La denunciante le pidió poder tener a la niña en la mañana del jueves Santo para que estuviese presente en la procesión de la hermandad a la que pertenece. Ante la respuesta negativa del acusado, éste cuenta que ella se enfadó mucho.
La denunciante declara que iba por la Calle Linares una vez que el acusado recogió a la niña y que al subirse al coche, realizó una maniobra brusca subiéndose a la acera y frenando justo delante de ella.
A continuación, asegura que aceleró y se oyeron insultos como “antes lo tenía que haber hecho” de la madre del acusado, que se encontraba en el asiento del copiloto. Según ella no es la primera vez que sucedía algo similar. Cuenta que en otras ocasiones la llegó a zarandear para quitarle bruscamente a la niña cuando la iba a recoger.
Ante las preguntas de la fiscalía, afirma que se ha decidido a denunciar por miedo a una reacción violenta hacia ella. “Tengo miedo de que me pueda hacer algo y no poder cuidar a mi hija”. Confiesa que las anteriores escenas no las ha denunciado porque quiere tener un trato cordial con él por el bien de su hija. Alega haber tenido que someterse a tratamiento psicológico por el nerviosismo e impotencia desde su separación.
Han comparecido como testigos presenciales las madres de ambos. La madre del acusado confirma la versión de su hijo y niega los insultos a la denunciante alegando que las ventanillas estaban subidas completamente. La madre de la denunciante fue la que apuntó la matrícula del coche cuando vio los hechos ya que no sabía con certeza si era el del acusado. “Siempre está cambiando de coche y en cuanto oí a mi hija gritando que era él apunté la matrícula”.
En su defensa, el acusado mantiene que en ningún momento se subió a la acera, limitándose a recoger a la niña e incorporarse la circulación desde el aparcamiento donde estaba ubicado el coche. “Cuando le dije que no a darle la niña el jueves santo ella se enfadó mucho”.
La valoración del Ministerio Fiscal propone una pena de un año de prisión, dos años de retirada del permiso de armas y dos años de orden de alejamiento por un delito de amenazas y considera que los hechos están suficientemente probados por la declaración de la víctima.
Por parte de la defensa, se pide la absolución ya que considera que se trata de una denuncia por hechos inexistentes fruto de una venganza por no cederle a su hija en el día indicado, además de corroborar que el coche del acusado no puede haberse subido a una acera como la de la Calle Linares por el faldón delantero del mismo, que se hubiera roto en una maniobra de tales características.
La magistrada del Juzgado de lo Penal antes de dejar el juicio visto para sentencia ha preguntado al acusado que si en caso de ser condenado aceptaría la realización de trabajos en beneficio de la comunidad, a lo que éste ha dicho que sí.
Texto: J.A.G.G.