Comentaba ayer “El topillo” que el pelotón de altos cargos del PP andaba con las orejas tiesas a la espera de los designios de Pablo Casado sobre las listas de las próximas elecciones generales. Y en la tarde de ayer la proclamación de los cabezas de lista al Congreso por cada provincia confirmó, y de qué manera, la limpieza étnica aplicada por el palentino al sorayismo que le dio la espalda en las primarias convocadas para suceder a Mariano Rajoy.
Casado ha cambiado a siete -seis si se le descuenta a él mismo, que encabezó por Ávila- de los que en 2016 ocuparon el número uno al Congreso en las nueve circunscripciones provinciales de Castilla y León. Dábamos por hecho que las actuales consejeras de Familia, Alicia García, y Agricultura, Milagros Marcos, ambas fieles devotas de Juan Vicente Herrera, se salvarían de la quema en las próximas elecciones autonómicas, precisamente por gozar de la protección del presidente dela Junta, el primer y mayor casadista del PP de Castilla y León.
Lo que no cabía sospechar era que Casado bajara tanto el listón como para colocar a ambas a la cabeza de la listas al Congreso por Ávila y Palencia, sus respectivas provincias. A causa de ello, a finales de este mes, en cuanto sean proclamadas por las juntas electorales las candidaturas, Herrera se verá obligado a sustituir a ambas al frente de sus consejerías, a no ser que delegue sus funciones en algún otro miembro del gobierno zombi que preside, lo cual abunda en el ambiente de fin de ciclo político que se respira en la comunidad autónoma.
Maillo, al Senado y gracias.- Creía “El topillo” que de dicha limpieza étnica se salvaría el capo del PP zamorano, Fernando Martínez Maillo, el “tapado” sorayista que arrastró a Alfonso Fernández Mañueco y los suyos a apoyar a Saéz de Santamaría, como quedó patente vistos los resultados de las primarias en los feudos mañuequistas de Salamanca, Segovia, Soria y buena parte de Burgos y León (la victoria de Soraya en Valladolid vino por otra parte del cuadro, la apuesta personal -y en el pecado está llevando la penitencia- de Jesús Julio Carnero).
Pero Maillo no se ha ido de rositas y se ha visto relegado a un escaño del Senado, si bien su sustituta como cabeza de lista al Congreso, Isabel Blanco, hasta ahora portavoz adjunta del grupo popular en las Cortes de Castilla y León, forma parte de su más estrecho círculo de confianza. Veremos si también se salva de la quema otro de sus ojitos derechos,Clara San Damián, sorayista hasta la médula que además se permitió el lujo de desentenderse de la candidatura a la alcaldía de Zamora.
Por lo demás, Casado ha premiado a quienes le apoyaron directamente, como la diputada burgalesa Sandra Moneo y el senador soriano Tomás Cabezón, situándoles a la cabeza de las lista al Congreso por ambas provincias. Del mismo modo que ha respetado a la cospedalista Beatriz Escudero al frente de la lista por Segovia y ha colocado como número uno por Valladolid a la ex ministra Isabel García Tejerina, otra partidaria en primera instancia de Cospedal que, una vez eliminada la ex secretaria general, se pasó incondicionalmente al casadismo.
No tiene claro “El topillo” a quién apoyó en esa contienda el salmantino José Antonio Bermudez de Castro, secretario general del grupo popular del Congreso, pero el hecho es que repite una vez más como número uno por Salamanca, provincia en la que Casado tuvo en el procurador y alcalde de Guijuelo, Julián Ramos, uno de sus escasos apoyos. Y el ascenso de la diputada leonesa Carmen González Guinda a la cabeza de la lista se supone que cuenta con el beneplácito del alcalde Antonio Silván, al que Herrera colocó como miembro del comité ejecutivo nacional del PP.
Mayor se espera aún la escabechina en las listas del PP del Senado, donde pueden caer defenestrados más de las mitad del pleno de 27 senadores obtenido por el partido en las elecciones de 2016. Habrá que esperar todavía unos días para conocer la lista de senadores caídos víctimas de la depuración casadista.