El coche eléctrico no termina de arrancar en Salamanca, donde sólo se han vendido dos unidades en los siete primeros meses del año.
Julio también acabó en blanco, como la mayoría de los meses para un mercado que no consigue abrirse un hueco en la provincia.
En el caso de los híbridos (que pueden funcionar con electricidad y un carburante) en julio se vendieron cinco vehículos con lo que el acumulado en los primeros siete meses es de 16 unidades, dos más que en el mismo periodo del ejercicio precedente.
El principal inconveniente de los coches eléctricos es su autonomía (muy inferior a los de gasolina) y la infraestructura para recargar la batería. El precio oscila según el modelo. Suelen ser más caros que los de gasolina y se encuentran a partir de 5.000 euros.
El coste por kilómetro
Sin embargo, el precio por kilómetro es insignificante. Los 100 kilómetros cuestan entre 0,9 y 1,3 euros si se carga la batería por la noche con tarifa nocturna, mientras que el precio de los cien kilómetros estaría entre 2,1 y 2,6 euros si se recarga durante el día.
Poner un punto de recarga en una vivienda unifamiliar costaría unos 600 euros, y el doble en una plaza de garaje comunitario. Cargar la batería levaría entre seis y doce horas, según la potencia contratada.
En estas circunstancias, los coches eléctricos están concebidos para ser el segundo vehículo de la casa, para desplazamientos al trabajo, ir de compras, llevar a los niños al cole o a una localidad cercana, pero no para viajar.
