Homenaje “póstumo” en las Cortes

Herrera en el último pleno de las Cortes. (Foto: Ical)

“No soy muy partidario de funerales pomposos, sino mas bien austeros”, dijo el ayer en las Cortes Juan Vicente Herrera durante la ultima sesión parlamentaria de control a la que se sometía tras 18 años presidiendo la Junta de Castilla y León. Lo decía en respuesta a la intervención de guante blanco con la que el socialista Luis Tudanca abrió el cupo de preguntas al presidente. Como quiera que Herrera ha dejado de ser su rival electoral, Tudanca se permitió un generoso gesto de reconocimiento hacia el presidente saliente, renunciando incluso a su turno de réplica (y no porque tuviera prisa por desplazarse a Salamanca, donde más tarde ejercía de telonero en un acto electoral protagonizado por Pedro Sánchez).

Todavía más explícita que la de Tudanca fue la pleitesía rendida por el portavoz de Ciudadanos, Luis Fuentes, al fin y al cabo cooperador necesario de la gestión del gobierno Herrera en esta última legislatura. Por el contrario, y sin por ello resultar descorteses, el portavoz de Podemos y el procurador de IU no le regalaron precisamente los oídos al todavía titular de la Junta.

El primero, Pablo Fernández, le dedicó incluso un epitafio, “Juan Vicente Herrera, el despoblador”, recordando los 53.598 habitantes perdidos por Castilla y León durante esta última legislatura. Fernández le acusó además de haber gobernado “para una minoría de afines y privilegiados”. Y tampoco se anduvo por las ramas José Sarrión, quien señaló la corrupción, la precariedad laboral y salarial y las deslocalizaciones industriales como principales lacras de la comunidad en estos últimos cuatro años.

Finalizado el turno de preguntas al presidente, el flamante y efímero presidente de la Cámara, Ángel Ibáñez, se encargó de abrochar el homenaje “póstumo” con unas palabras que dieron paso a una ovación compartida por la totalidad del hemiciclo, con la sola excepción de tres procuradoras de Podemos que no se contagiaron del corporativismo reinante. Hacia tiempo que herreristas y mañuequistas no aplaudían nada con el mismo entusiasmo y en plena sintonía con el banco azul, que ayer ya aparecía diezmado por los obligados ceses de las ex consejeras de Agricultura y Familia, Milagros Marcos y Alicia García, sentadas en la última fila de la bancada popular.

Aparte de Herrera, ayer se despedían de las Cortes no menos de la tercera parte de los 84 procuradores que han integrado el pleno de la Cámara en la legislatura que concluye (la pérdida de censo reduce los escaños en la próxima a 81). 11 de los que no repiten son del PSOE, que ya tiene cerradas sus listas, a los que se suman otros 6 de Podemos que no concurrieron a las primarias. Los cinco de Ciudadanos aspiran como campeones a repetir, lo mismo que los dos del grupo mixto (IU y UPL). Pero donde está la madre del cordero es en las filas del PP, donde se teme que Pablo Casado prosiga la depuración llevada a cabo en las listas del Congreso y el Senado.

De momento, y con independencia de la temida purga casadista, seis de los hasta ahora procuradores del PP optan a escaños de diputado o senador, otros dos (Pilar del Olmo y Antonio Silván no pueden repetir por incompatibilidad con sus candidaturas municipales) y otros dos “zombis” del gobierno Herrera con escaño en las Cortes, José Antonio de Santiago-Juárez y Josefa García Cirac, están ya fuera de la pomada autonómica.

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