Ángel Hernández, de 69 años, ha sido detenido por la Policía Nacional acusado de un delito de homicidio, por ayudar a morir a su mujer, María José Carrasco, de 62, que se lo había pedido en varias ocasiones debido al deterioro que le produjo al esclerosis múltiple que le diagnosticaron hace 32 años.
La pareja, cultivada, viajada y que tocaban el piano, habían tenido una vida plena, y estaban sin hijos. Él se ha ocupado de proporcionarle los cuidados y medios (cama y grúa específicos para poder moverla por la casa) necesarios hasta que la enfermedad le llevó a pedirle a su marido que le ayudara a morir.
Cuando llegó el momento, este miércoles, Ángel grabó el momento en el que le acercó a su mujer un vaso con una pajita que contenía pentobarbital sódico, un fármaco utilizado en los países en los que la eutanasia está legalizada y ocasiona una muerte sin dolor y tranquila.
También dejó constancia de su última conversación: «María José ha llegado el momento que tanto deseabas. Yo te voy a prestar mis manos», le comenta el hombre mientras ella asentía con la cabeza.
Le preguntó si podía tragar. «¿Qué crees, que sí?», le pregunta. Ella asiente de nuevo con la cabeza. «Te lo doy. Tienes que soportarlo. ¿Estás decidida? Ahí tienes. A ver dame la mano que quiero notar la ausencia definitiva de tu sufrimiento», le dice mientras le ofrece el vaso.
Presenció la escena un periodista de ‘Cuatro al día’, que se hizo con una grabación del momento y de otros testimonios y documentos, guardando una copia para la Policía.
Ángel avisó a los servicios de emergencias comunicándoles que su mujer había muerto. Llegó la Policía y lo detuvo, porque la eutanasia todavía es un delito en España.
