Una familia irlandesa alquiló una casa en la ciudad de Cork, pero se encontró con una sorpresa inesperada.
El padre es un experto en seguridad informática y al llegar se conectó a la red wifi. Vio que uno de los puertos estaba abierto mientras escaneaba la red con su móvil, y al conectarse le apareció una retransmisión en vivo en la que aparecía su familia en la casa que acababan de ocupar.
Al principio se lo tomaron a broma y se hicieron un selfie para regodearse.
Le comunicaron al casero lo de la cámara y al principio lo negó. Pusieron en conocimiento de Airbnb lo ocurrido, pero la plataforma no hizo nada, a pesar de que prometió investigarlo «a fondo».
Un mes después vieron que la casa seguía en alquiler y decidieron hacerlo público.