[dropcap]L[/dropcap]as palabras que un día pensó Lorca han flotado en el cementerio de Salamanca. Sus poemas han servido para recordar y homenajear a los miles de homosexuales que fueron represaliados, vejados, humillados y matado como él por su condición sexual durante la dictadura de Franco. Según el historiador Ian Gibson, se acusaba al poeta de ser espía de los rusos, estar en contacto con éstos por radio, haber sido secretario de Fernando de los Ríos y ser homosexual.
Así, recordando el sufrimiento de este colectivo y rindiéndoles tributo, la Asociación Memoria y Justicia de Salamanca ha realizado un acto sentido en el Memorial del Cementerio de Salamanca con motivo del 14 de abril, día de la proclamación de la II República hace ahora 88 años.
Era momento para hablar del campo de concentración de Tefía, en Fuenteventura. Uno de los más duros de Europa, comparado con los que levanto el nacismo.
El campo de Concentración de Tefía, conocido también como Colonia Agrícola Penitenciaria de Tefía, donde cumplían su condena presos comunes, algunos políticos y, sobre todo, muchos homosexuales.
Por los testimonios de algunas de las personas que pasaron por ese calvario, y conociendo el paraje desértico en el que se ubicaba, nos podemos hacer una idea de la dura vida que les dieron. Hambre, palizas, calor insufrible y mucho frío en las noches. Los condenados realizaban trabajos forzados hasta caer rendidos, picando piedra para la construcción, cavando zanjas, sacando agua del pozo… vigilados por los duros palos de los guardianes que hacían de funcionarios y que eran en su mayoría excombatientes o retirados de las fuerzas armadas, auténticos carceleros provistos de látigos, fustas, palos,…
El Campo estaba dirigido por un ex-sacerdote castrense, quien decidía si los presos que le llegaban cumplirían la pena mínima de 1 año o la máxima de 3. La suerte de muchos (desgraciada suerte) fue que su condena no podía superar los 3 años de internamiento, pero al obtener la libertad de tan cruel reclusión se inicia la pena de destierro —mínima de 1 año y prorrogable a 5—, con una libertad sometida a vigilancia de delegados que les obligaban a vivir en otra isla o, al menos, en otra ciudad.
Además, se recordó a homosexuales luchadores en democracia, como Pedro Zerolo, presidente de la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales (FELGTB) desde 1998 hasta 2003, impulsor —nunca solo— de la Ley de Matrimonio y la de Adopción entre personas del mismo sexo que se aprobó en 2005.