El consumo de tabaco se ha resentido ostensiblemente con la crisis. La pérdida de poder adquisitivo, sumado a quienes han dejado el hábito, han propiciado un desplome de la venta de cigarrillos y, a partir de este año, también del tabaco de liar.
Durante los seis primeros meses de este año se han vendido 7,93 millones de cajetillas de tabaco con 20 cigarrillos, un seis por ciento menos que el año pasado y prácticamente la mitad que el primer semestre de 2008, cuando se vendieron 15,2 millones de cajetillas en toda la provincia, según los datos del Gobierno.
El consumo se fue desplazando desde los cigarrillos al tabaco de liar por cuestiones económicas. Las labores de picar fueron aumentando su peso en las ventas totales, de forma que se duplicaron entre 2009 y el año pasado (antes de 2009 se utilizaba otra medida para las labores de liar), al pasar de 16.920 kilos a los 38.899 de 2013, el récord absoluto.
Sin embargo, en 2014 también baja con fuerza el consumo de tabaco de liar, en torno a un 12 por ciento en el primer semestre, ya que se han vendido 17.368 kilos, frente a los 20.819 registrados en el primer semestre de 2013.