[dropcap]H[/dropcap]ablamos con Javier Rodrigo, de Rodrigo Hurtado Abogados, sobre cómo ha cambiado su trabajo en el último lustro donde asuntos como clausulas suelo, productos bancarios,… han ocupado titulares y espacio en los juzgados. «Ha evolucionado en que cada vez hay una litigiosoidad colectiva de mayor densidad y situaciones como el derecho bancario han inundado los juzgados. Estamos pasando del asunto individual de cada cliente, al colectivos», explica Javier Rodrigo.
Javier, ¿aún podemos tener un sobresalto como ocurrió con los productos bancarios o podemos estar tranquilos?
Es muy difícil de predecir donde van a surgir conflictos que afecten a gran parte de la población. Tenemos que pensar que en el futuro habrá otros conflictos que tendrán que ser resueltos y que afectaran a muchas personas.
Es frecuente que cuando una persona tiene una dolencia consulte en internet por sus síntomas. ¿Ocurre lo mismo con tu trabajo?
Hay muchas personas que consultan las cuestiones legales en internet. Eso está muy bien como cultura general, pero no vale para resolver un conflicto concreto, porque el derecho es muy complicado. Hay que saberlo aplicar, hay que conocerlo en su extensión y por lo tanto, si consultas en internet no vas a poder solucionar una cuestión jurídica.
¿Nos recomiendas tener un abogado de cabecera?
Las personas que tienen negocios, posibilidad de encontrarse con conflictos o que hacen contratos es interesante que tengan un abogado de cabecera, porque van a contar con un profesional que los apoya y conoce sus necesidades concretas. Por lo tanto, pueden recomendarle lo que es mejor para su caso concreto, no en base a un criterio general.
¿Es un lujo tener un abogado?
No. Hace mucho tiempo que no lo es. Los honorarios de los abogados han bajado mucho y son asequibles para cualquier persona. Además, hay que tener en cuenta que lo que tú consultes con tu abogado probablemente te ahorre mucho dinero, porque te evitará problemas cuando haces un contrato o tienes otro todo tipo de situaciones.
Ahora que repunta el tema de la compra-venta de viviendas, ¿recomiendas que antes de firmar consulten a un abogado?
Sí. Ha habido personas que han hecho contrato que luego le han producido muchos problemas por no estar bien asesorados al principio. Aunque, bien es cierto que el contrato de compra-venta suele ser un contrato simple y se realiza en notarías.
En cuanto a los contratos laborales….
Exactamente igual. Los contratos laborales tiene un desarrollo y ejecución que cuando no están bien planteados, pueden dar lugar a problemas. Además, los contratos laborales tiene una regulación legal todavía más estricta que otro tipo de contratos.
Hablemos de las nuevas tecnologías…
Ya no son nuevas. (Risas) Son el modo en el que se desarrolla la parte social y económica. Los abogados tenemos que vivir en ellas, con ellas y para ellas
¿Los buscadores de internet os ayudan a tener más clientes de otras partes de España o del mundo?
En nuestro caso, el modo que tenemos nosotros de recibir clientes es por recomendación de otros clientes que han quedado satisfechos y eso no solo en el ámbito local, regional o nacional, también a nivel internacional.
Por curiosidad, ¿el derecho digital os interesa?
No hay más remedido. El derecho digital es donde se mueve gran parte de mi vida de las personas y de las empresas.
Queremos conocer cómo un usuario de a píe puede defenderse cuando lo están machacando en las redes sociales o cuando quiere borrar su nombre de los buscadores. «El derecho es el único arma que tiene la gente para defenderse frente a los que tiene muchísimo poder, como pueden ser las plataformas, los medios de comunicación online, redes sociales,…».
El derecho al olvido…
Si, se está avanzando en lo que se conoce como derecho al olvido. El derecho que tienen las personas sin relevancia pública a que no figuren sus datos o noticias que entienden les pueden perjudicar.
Hablemos de la protección de datos.
Creo que no funciona bien. Me explico, sigue sin impedir que haya un montón de datos de personas particulares que estén circulando en manos de empresas desconocidas o de grandes empresas. En el aspecto concreto de los despachos de abogados, la protección de datos ha estado siempre amparada en nuestro secreto profesional. Es decir, desde siempre el abogado tenía el deber de secreto profesional. Por lo tanto, la protección de datos no es más que una serie de requisitos formales, pero, en el caso de los abogados, lo llevamos respetando desde hace centenares de años.
Todos recibimos llamadas de compañías, asociaciones, empresas,… con los que no tenemos vinculación con ellas, pero tienen tu número, incluso, conocen tu nombre. ¿Cómo nos defendemos ante estos ataques?
La protección de datos ata mucho a las pequeñas empresas o pequeño negocio, pero desde mi punto de vista, creo que sigue sin resolver el problema que se plantea de que hay muchas empresas desconocidas, que tiene un montón de datos tuyos y que no sabes porque los tiene y lo siguen usando.
Siete décadas
Rodrigo Hurtado Abogados abrió hace 70 años. Tienen sede en Zamora y Salamanca y su actuación se suscribe a toda España. Por esta razón, llevan juicios desde Barcelona hasta Pontevedra o desde Murcia a Sevilla…. También asesoran a clientes que tienen problemas en el extranjero.
Los clientes que suelen atender los profesionales de Rodrigo Hurtado Abogados son empresas, personas físicas, compañías de seguro,… somos curiosos y le preguntamos sobre casos singulares que hayan llevado su despacho. «Tendría muchísimos, por centrarnos voy a contar uno de los últimos. El dueño de un yate de lujo ha demanda a un astillero por los daños que le ha causado en el armazón. Eso puede dar la imagen de que tenemos un ámbito muy extenso de dedicación en el despacho en diferentes materias».
Comenzamos la charla hablando de cómo ha cambiado la ley en este lustro y queremos concluirla preguntándole si Salamanca ha mudado la piel. «Creo que cada vez es más cosmopolita. Me explico, cuando vas por la calle, puedes ir oyendo hablar en 100 idiomas diferentes».
*** El despacho Rodrigo Hurtado Abogados colaboró en el 5º Aniversario de La Crónica de Salamanca