Alfredo Pérez Rubalcaba ha muerto este viernes en el hospital Puerta de Hierro de Madrid como consecuencia del ictus que sufrió el miércoles por la tarde. Todos los partidos, excepto Vox, han suspendido sus actos de campaña de este viernes.
Las asistencias sanitarias se desplazaron hasta su domicilio, donde sufrió el ictus y fue evacuado al hospital en estado grave. Fue ingresado en la UCI tras practicarle un cateterismo y el jueves empeoró hasta que este viernes se produjo su fallecimiento.
Rubalcaba, cántabro de 67 años, casado y sin hijos, abandonó la política en 2014 y se incorporó a sus clases de química de la Universidad Complutense.
En los gobiernos de Felipe González y Zapatero ocupó varios ministerios, fue portavoz del Ejecutivo y durante su etapa como ministro del Interior con Zapatero gestionó algunas de las operaciones policiales que desembocaron con el final de la banda terrorista ETA.
Rubalcaba (Solares, Cantabria, 1951) fue Ministro de Educación y Ciencia, y de la Presidencia y Relaciones con las Cortes en los sucesivos gobiernos de Felipe González. Con José Luis Rodríguez Zapatero como presidente, fue nombrado Ministro del Interior, Vicepresidente del Gobierno y portavoz en el Congreso. En 2012 fue elegido secretario general del PSOE, cargo que desempeñó hasta 2014.
El PSOE de Salamanca se sumó este viernes a toda la familia socialista «que al completo llora y despide con inmenso dolor a Alfredo Pérez Rubalcaba, que lo fue todo en el PSOE y en los sucesivos gobiernos socialistas. La enorme fortaleza personal y política que demostró a lo largo de toda su trayectoria nos hace muy complicado asimilar la idea de que ya no está entre nosotros».
Inteligente, culto, vital y cercano, «deja una huella imborrable en la política española reciente, en la historia de nuestro país y nuestro partido, al que amaba, al que se afilió en 1974 con poco más de 20 años y del que llegó a ser secretario general», prosiguen los socialistas salmantinos.
Indica que por encima de su adscripción ideológica, Alfredo Pérez Rubalcaba «ha sido un gran servidor a España, y todos estamos en deuda con él por tantos años al servicio de nuestro país, de sus instituciones y de los españoles. Dedicó su vida a trabajar por la democracia, libertad y el fin de la violencia terrorista, que a lo largo de varias décadas dejó cientos de muertos y vidas rotas. Su principal obsesión fue la de acabar con ETA, y pese a las múltiples dificultades, lideró este complicado proceso y lo logró».
Los socialistas salmantinos sienten «de manera muy especial la pérdida de este gran compañero por la gran relación, y estrecha vinculación, que siempre tuvo con todos nosotros y con Salamanca, a donde siempre acudía, sin faltar ni una sola vez a la llamada, siempre que era requerido. Nunca olvidaremos las innumerables muestras de cariño y la afectividad que siempre mostró tanto a Salamanca, de la que era un convencido admirador, como hacia los salmantinos».