El papel en la intermediación laboral del Servicio Público de Empleo siempre ha supuesto un asunto de discusión recurrente ante los bajos resultados que consigue en este campo. Los sindicatos destacan que ese no es su papel principal, que pasa por la orientación, la formación y las ayudas para establecer las condiciones esenciales para encontrar un empleo; y la patronal considera que se debería hacer “más atractivo” para las empresas, aunque valora su trabajo. Lo cierto es que casi la mitad de la intermediación ya corresponde a portales en Internet, y otro 40 por ciento sigue produciéndose de manera informal, para dejar un pequeño porcentaje al Servicio Público, las ETT y las agencias de colocación.
Los números confirman la situación. Un total de 25.000 asalariados encontraron un puesto de trabajo el año pasado gracias al Servicio Público de Empleo en la Comunidad, lo que supone el 3,1 por ciento del total. Un dato que facilita el Instituto Nacional de Estadística (INE) en su Encuesta de Población Activa (EPA) y que supone una mejora respecto a resultados de ejercicios anteriores, ya que en 2017, intermedió en el 2,7 por ciento de las contrataciones (21.100); y en 2016, en el 2,8 por ciento (20.800). La cifra ya se aproxima a los promedios de 2010, cuando asumía el 3,5 por ciento de las contrataciones (28.300), y ya está muy lejos del suelo de 2012 del 2,3 por ciento (17.400).
Los datos de contratación del servicio público tampoco difieren mucho si se comparan con los de las empresas de trabajo temporal, que el año pasado se responsabilizaron el 4,2 por ciento de las contrataciones de asalariados, con un total de 33.800. Un dato que empeora el del ejercicio anterior, cuando asumieron el 4,7 por ciento, con 35.900 empleos.
Los secretarios de Empleo de CCOO y de UGT en Castilla y León, Saturnino Fernández y Raúl Santa Eufemia, incidieron en que el rol fundamental del ECyL es la mejora de la empleabilidad, no la intermedicación. Fernández destacó que el servicio es garantista y beneficia en materia de intermediación a los colectivos más desfavorecidos; y Santa Eufemia defendió que es preciso mejorar la formación casando perfiles con necesidades empresariales y garantizando un porcentaje de ocupación con esas inversiones tan importantes.