Si tienes pensado ir alguna vez a la isla griega de Miconos piénsatelo dos veces antes de entrar en el restaurante DK Oyster, porque uno de sus sablazos acaba de dar la vuelta al mundo.
La víctima ha sido un militar estadounidense, que fue con unos amigos a almorzar. Pidieron seis platos de calamares (591 euros), tres ensaladas (59, euros), seis cervezas (150 euros), dos botellas de agua (17,8 euros) y un zumo de tomate (18 euros).
En total 836 euros de un monumental timo que el resignado cliente tuvo que pagar, aunque luego se desahogara en Trip Advisor, para alertar a futuros turistas de cómo se las gastan en el establecimiento. Relató que nunca les indicaron los precios, es más, se los ocultaron y que se vieron sorprendidos cuando les llevaron la cuenta. Además, el trato del personal tampoco era agradable.
Lo peor es que el restaurante vi la crítica y le respondió que «si no te lo puedes permitir, opta por algo más barato».
Posteriormente, el dueño habló con un periódico inglés y le dijo que «son platos cuidados y de calidad servidos en una de las playas más codiciadas del mundo».
