La diseñadora salmantina que crea moda sostenible

María Crisóstomo, una joven emprendedora de Salamanca, que ha visto cumplido uno de sus grandes sueños: la creación de su propia marca de moda, 'Crisálida'
‘El vuelo de Crisálida’ La diseñadora salmantina, María Crisóstomo, es la creadora de su propia marca de moda, Crisálida. Foto. Jesús Formigo/ICAL

 

[dropcap]M[/dropcap]aría Crisóstomo acaba de lanzar su propia marca de ropa, Crisálida, tiene 27 años y una formación en Bellas Artes y diseño. Su sueño es conquistar Europa con sus diseños sostenibles 

 

Beatriz Jiménez/ ICAL.  Este proyecto es el sueño de una vida dedicada a sus grandes pasiones como son el arte, el diseño, la ilustración y la fotografía. Y es que como confiesa, el arte ha formado parte de su vida desde pequeña, cuando ya jugaba a imaginar y crear delante de un folio en blanco con su caja de lápices de colores.

Por eso en cada una de sus colecciones, María se empapa de todo lo necesario para crear sus diseños «de principio a fin». Sostiene que la creatividad «es el corazón de todo» y que la imaginación «podrá salvar al mundo». Sin duda, la expresión de sus ojos y la tímida sonrisa en su rostro, muestran a una joven emprendedora con ganas de «luchar y volar». Cree en los sueños, «pero no sin esfuerzo».

La diseñadora salmantina, María Crisóstomo, es la creadora de su propia marca de moda, Crisálida

‘Crisálida’ viene del juego de palabras entre su nombre y su apellido, del que reconoce que «a veces es difícil de pronunciar». María quería conseguir «algo muy personal», que reuniera todas sus ganas e ilusión por echar a volar. Un concepto que define a la perfección su proyecto, con el que confiesa que lleva mucho tiempo porque «sabía que había algo dentro de mí, pero no lo que quería hacer». Sin embargo, desde hace unos meses, dice que por fin puede hablar de ‘Crisálida’ como ese proyecto que siempre quiso «alzar el vuelo». Lo que comenzó como una experiencia ahora ya es reconocida como una marca de moda. Todos sus diseños esconden historias cargadas de magia, ideas y sensaciones, a través de los cuales «deja un poco de ella» para que lo reciban los demás.

Estudió Bellas Artes en Salamanca y remarca que siempre se sintió atraída por el diseño y la ilustración, así como «el arte en general». Uniendo su pasión por la moda, se adentró en la marca. Durante estos años ha realizado numerosos cursos de diseño de moda para aprender y también sobre emprendimiento, siempre arrastrando en sus trabajos retazos de sus pasiones. Le gusta estar en continuo aprendizaje y asegura que seguirá formándose en todos los campos.

Colecciones paso a paso

Cada año, ‘Crisálida’ lanza dos colecciones de ropa, por ahora cuenta con camisetas y algún vestido, aunque la diseñadora dice que ya tiene en mente otros productos creativos para el otoño, aún no se puede avanzar. En ese sentido, remarca que al ser una persona sola «multitarea» va más despacio y todos los procesos «necesitan y llevan su tiempo».

La parte de su formación en moda le permitía investigar en cada colección. Por ello, el primer paso para comenzar una es la investigación a través de libros, artículos, vídeos, películas… todo aquello de lo que pueda aprender para después desarrollarlo creativamente. Y ese proceso puede durar meses. Temas como la luna, el universo, las estrellas, su admiración por esas mujeres que quisieron conquistar la historia o la propia naturaleza, son esenciales para ‘Crisálida’, quien es consciente de que «necesita de ese mundo para respirar y desconectar, para soñar y volar». Al final «aunque sea poco lo que parece, trabajo mucho tiempo en ellas».

No solo invierte tiempo en el diseño, sino también en su fabricación y materiales. Para sus prendas elige algodón orgánico, porque «contamina menos al aire», y opina que «los proveedores también deben estar en concordancia con sus principios», así que sus prendas también están serigrafiadas en Salamanca.

Durante meses, esta joven salmantina se dedica a investigar y a ilustrar esas historias, para que el mensaje llegue a la gente, y con sus prendas pretende que «no sea una simple camiseta, sino que diga algo y llegue de verdad». Un buen ejemplo son las mujeres que fueron historia y no tuvieron relevancia, es a través de ese concepto de lucha en su honor con el que rinde su pequeño homenaje, entre otros.

Ella misma elabora las ilustraciones con los mensajes, después contacta con los proveedores para hacer los prototipos y así prepara el lanzamiento de cara a la nueva colección. A punto de comenzar el verano, María ya trabaja en la de otoño, por lo que ya está enviando su catálogo a las tiendas y empezando a vender en diferentes puntos. «Es un poco locura», afirma llevándose las manos a la cabeza, entre todos los pasos «no da tiempo a más», pero no se rinde.

Por ahora, la venta de sus productos es online, aunque ya ha conseguido estar en alguna tienda física en España. Sus camisetas han lucido en Santiago de Compostela y Zaragoza y en Salamanca tendrá un punto de venta fijo para la siguiente colección pero aún no lo puede desvelar. También acude a mercados y ferias, junto a otras emprendedoras de la ciudad, pero reconoce que es un poco más difícil la venta, por la escasez de comercios y quizá de oportunidades.

Filosofía ‘Slow Fashion’

Camina lenta pero segura. Es por ello que esta salmantina apuesta por la filosofía ‘Slow Fashion’, que como ella misma relata, consiste en «hacer las cosas más despacio», es un mundo que «es más amable» y en el que todos se apoyan y comparten los mismos principios.

La filosofía ‘Slow Fashion’, o moda sostenible, es la antítesis de lo conocido como ‘Fast Fashion’, o moda industrializada. Se trata de un movimiento concienciado con el medio ambiente que cada vez cuenta con más seguidores. El término fue acuñado en el año 2007 por la profesora de Sostenibilidad, Diseño y Moda, Kate Fletcher, en el ‘Centre for Sustainable Fashion’ en Londres. Este movimiento ganó notoriedad después de la tragedia que tuvo lugar en la fábrica de Bangladesh en 2013, donde más de un millar de personas murieron al derrumbarse el edificio dónde producían prendas de manera industrial, que no cumplía con las medidas básicas de seguridad.

Después de ese acontecimiento, tanto las empresas como los consumidores comenzaron a tomar conciencia de la situación y la moda sostenible experimentó un importante ascenso. Como cuenta María Crisóstomo, «cada vez son más los que optan por comprar prendas de comercio justo», es decir, con una mayor calidad y exclusividad en detrimento de las prendas a precios asequibles pero realizadas en cadena y con materiales dañinos para el medio ambiente. Una apuesta firme en su proyecto ‘Crisálida’, que confiesa que «está teniendo éxito».

Pilares fundamentales

Entre los pilares fundamentales en los que basa su trabajo de ‘Crisálida’ están «la pasión, el esfuerzo y el trabajo, la imaginación y el equilibrio». María comenzó en todo este mundo por su amor al arte, al diseño y a la fotografía, para conseguir hacer algo de forma creativa. Dice que trata de hacer las cosas de forma ética, «lo mejor que puedo» y apuesta por poner en su proyecto «mucho amor», porque al fin y al cabo, es lo que les diferencia de las grandes marcas. Ella misma comenta que «influye mucho cómo llegan los productos al cliente». De este modo, intenta cuidar todos los detalles «para que sientan el cuidado que le pongo a las cosas».

Entre sus valores destacan también el equilibrio entre la familia y el trabajo, «huyendo de la locura». El esfuerzo y el tesón son importantes porque «todo se consigue con trabajo» unido a la pasión, «eso se transmite», y cree que «la gente sí lo capta». Por ahora, María está muy satisfecha y agradecida con su ‘Crisálida’ y eso le anima para «seguir avanzando en su cuidado proyecto».

La diseñadora salmantina, María Crisóstomo, es la creadora de su propia marca de moda, Crisálida. Foto. Jesús Formigo/ICAL

Con el tiempo quiere ampliar la marca con distintos puntos de venta, para «hacerlo más accesible», primero en España pero sin destacar Europa. En cada colección «da un pasito más». Sus ojos reflejan la ilusión por ese proyecto que por fin ha echado a volar. «Ahora veo la marca como yo quiero», apunta. Aunque reconoce que hay que mejorar, como en todo, pero en este momento se siente muy a gusto «porque ha conseguido plasmar su sueño».

María Crisóstomo es una persona inquieta a la que le encanta leer y escuchar música. Toma como referentes a los grandes del arte y de cada uno «capta su esencia», de Walt Disney se queda con la frase: «si puedes soñarlo, puedes hacerlo». Quizá uno de los secretos del éxito del emprendimiento «sea la persistencia», pero también sostiene que «es duro». Hay momentos en los que todo se viene abajo y las ideas tardan en fluir. Pero esta diseñadora salmantina no se rinde, ‘Crisálida’ seguirá alzando su vuelo hacia el éxito, llevando las historias cargadas de magia en sus diseños, todo «con mucho amor».

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