[dropcap]E[/dropcap]sta semana en tu columna de Yoga: fundamentos del Yoga.
Te escribo más sobre la filosofía, bases y fundamentos del Yoga. Seguimos adentrándonos en las ocho ramas del yoga de los Yogasutras de Patanjali. Esta vez le toca al primer paso del yoga: los yamas. Que se dividen en cinco, y los veremos en estas cinco semanas siguientes haciendo todo un bloque unido como el primer paso del yoga.
Los yamas son códigos ético-morales para llevar a cabo una vida de bienestar y de samadhi, plenitud. La idea es trabajar cada uno toda la semana. Te invito a observar cómo te relacionas con cada uno de ellos, cómo te relacionas contigo mismo con ese código y también con los demás, con la intención de profundizar en estas bases del yoga durante toda la semana, en esta actitud.
El yoga abarca, ya sabes, toda una filosofía de vida, los yamas son como una guía; hay gente que lo toma como unos mandamientos y no, para mí no es eso, es para que los tengas ahí como referentes. Qué pasa en ti con ellos. De nada sirve llegar con tus manos a los pies en una preciosa ãsana, si no practicas estos cinco yamas.
Ahimsa es el primero de estos cinco, y hoy le dedicamos estas letras. Ahimsa proviene de A: que significa ausencia. Himsa: violencia. Esto es: ausencia de violencia.
La no violencia no es solo un código para lo externo, como no pegar a nadie, o no matar… que esto es algo básico y todos ya lo sabemos. Va un poco más allá.
En tu práctica de yoga, no violencia significa escuchar tu cuerpo, adaptar tu práctica a tus necesidades físicas y mentales de hoy. Entonces, en tu esterilla, con una escucha activa recibes los mensajes de tu cuerpo a través de tu respiración y tu conciencia sobre dónde es donde debes parar con flexibilidad. Dónde habitar la ãsana y estar a gusto.
Y aquí viene lo interesante, fuera de tu esterilla en esa vida de yoga. Hay muchas formas de violencia, por ejemplo, hacia los demás violencia es exigir, y no nos damos cuenta. También aquí otra idea equivocada sobre la no violencia: como soy yogui me callo con todo. Esto puede ser también violencia hacia ti mismo: callarte cuando te hacen daño, hacer silencio, es una agresividad pasiva hacia ti mismo. Practicar ahimsa requiere de tiempo, de paciencia y de cuidado.
Lo practicamos para darnos cuenta, no para castigarnos o entrar en el reproche. Con mucho cariño es como lo haces. Observas. Poco a poco con pasos pequeños pero firmes, no es de un día para otro.
A veces somos violentos hacia nosotros mismos con la autoexigencia, o con la dejadez, o con el no descanso… Hacer una toma de conciencia, en qué puedo ayudarme y así comprometerme con ese nivel de paz hacia mí mismo.
Ahimsa es un código muy bonito, es precioso. Como gran personaje por excelencia de este yama tenemos a Gandhi. Con este código llevado al máximo en la independencia de la India. Como no todos somos Gandhi, mira qué tipo de ahimsa puedes cultivar.
Ten un buen día y cuida tu energía.
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