Los artistas Javier Riera y José Manuel Ballester invitarán a la reflexión sobre la relación del ser humano con el planeta y el resto de especies que lo habitan a través de las obras de luz que, desde el jueves y hasta el domingo, mostrarán en la plaza de Anaya y el río Tormes a su paso por el puente Enrique Estevan, respectivamente, como parte de la cuarta edición del Festival Luz y Vanguardias de Salamanca.
Riera, que cuenta con “muchos vínculos con Salamanca” al haber estudiado Bellas Artes en la capital charra y exponer en varias ocasiones en la Galería Adora Calvo de la ciudad salmantina, se fijará nuevamente en “las proyecciones de luz y la geometría sobre la naturaleza” para construir la obra ‘Hacer leve la tierra’.
En ella, Riera construye una obra de luz sobre la plaza de Anaya de Salamanca a partir de una noticia en la que “se hacía referencia a la desaparición de más del 50 por ciento de los pájaros en Europa en los últimos 30 años”, un “silencio paulatino” de estos animales del que parte una obra que “no hace un planteamiento ecologista sino de conciencia del mundo en el que vivimos y de cómo lo estamos dejando morir”.
Por su parte, José Manuel Ballester se fija en la tribu ‘Kayapó’, que sobrevive en el Amazonas, como inspiración no solo para el nombre de su obra, sino para la construcción, sobre las orillas del río Tormes, de una contraposición entre “la parte más salvaje de la condición humana, que conforman las distintas tribus de la Amazonía, con el humano más ‘civilizado’ representado por Times Square”.
En la creación de Ballester, “la corriente va arrastrando la parte más salvaje a la civilizada, la del consumo que lo devora todo”, confluyendo en una reflexión sobre “cómo esos dos mundos se necesitan” porque, en opinión del autor, “si queremos sobrevivir, tendremos que buscar una forma de que los dos mundos se pongan en armonía y retomen las conexiones que hoy en día están rotas”.
Ambos autores fueron seleccionados por la comisaria del Festival Luz y Vanguardias, Lorena Martínez del Corral, quien consideró a la vez “un reto y una oportunidad” crear “obras efímeras expresamente concebidas para representarse sobre monumentos que son Patrimonio de la Humanidad” de cara a “crear un encuentro entre el público y el artista”.