Hay historias que parecen extraídas de un cuento de Navidad sin serlo. La realidad supera a la ficción. Y si no que se lo digan a Nkosikho Mbele, el joven de 28 años trabajador de una gasolinera, que le pagó la gasolina a una clienta a la que se le olvidó la cartera y ella se lo agradeció con 29.000 euros.
Ha pasado en Ciudad del Cabo (Sudáfrica), cuando Monet van Deventer, de 21 años, paró a repostar en una gasolinera de las afueras, para seguir por una carretera peligrosa de camino a su trabajo.
El dependiente le dijo que no se preocupara, que él le pagaba el carburante, y así lo hizo, porque no quería que ella se quedara tirada por el camino en una zona conflictiva o llegara tarde al trabajo.
La joven regresó por la noche para devolverle el dinero de la gasolina y contó el episodio en su Facebook.
No se quedó ahí y puso en marcha un crowdfunding que acabó recaudando 29.000 euros en donaciones de ciudadanos conmovidos por la historia.
El propio Mbele cerró el crowdfunding porque consideró que “ya había demasiado dinero”. Una cantidad con la que pagó su casa, las deudas que arrastraba y los estudios de sus hijos.
La petrolera Shell, bandera de la gasolinera donde trabaja Nkosikho, anunció que donará una cantidad similar a la recaudada para su empleado para causas benéficas.