Nada de lo que pasa en el palacio de Buckingham es indiferente a los británicos, que miran con lupa los avatares de la familia real.
Y cualquier gesto o palabra se examina con meticulosidad hasta sacarle punta incluso al pequeño roce que tuvieron el príncipe Harry y su esposa, la exactriz Meghan Markle en el balcón del palacio el pasado 8 de junio.
Estaban en un acto oficial y a punto de sonar el himno británico. Meghan se giró en dos ocasiones hacia atrás para compartir con su marido el momento pero en la segunda ocasión, el príncipe le espetó un zasca. Le dijo “date la vuelta” y fruncido el ceño, lo cual dejó a su esposa, que reaparecía en público tras dar a luz, entristecida y, según algunos periódicos, con las lágrimas al punto de brotar.