[dropcap]L[/dropcap]as metodologías activas centradas en el estudiante y el aprendizaje de los alumnos con dispositivos móviles (‘mobile learning’) se han convertido en la base y el futuro de la escuela del siglo XXI.
R. Travesí/ ICAL. Consciente de ello, el Centro de Formación e Innovación (CFIE) decidió hace dos años liderar el proyecto Erasmus+ KA2 con el título ‘Compartir para liderar la formación docente desde el presente hasta el futuro’, que concluyó hace unas semanas con el objetivo cumplido tras la elaboración de un banco de recursos y revistas digitales con experiencias innovadoras y buenas prácticas de colegios e institutos, que serán de gran utilidad para la formación del profesorado que desee acercarse a las nuevas tendencias educativas.
A lo largo de dos años, profesionales del CFIE junto a personal de otros tres centros del profesorado asociados de Lituania (Kaunas in Service Teacher Training Center), Polonia (Regionalny Zespol Placowek Wsparcia Edukacji, en Opole) y Francia (ISFEC Aquitanie, en Burdeos) han mantenido reuniones y realizado visitas a 40 centros con el objetivo de intercambiar buenas prácticas y experiencias en las metodologías activas.
El proyecto europeo ha buscado profundizar en los cambios metodológicos como ABP, aprendizaje cooperativo, gamificación y aprendizaje basado en retos, entre otros, que se han ido incorporando en el aula de la mano de los dispositivos móviles. Una realidad que obliga a los docentes a una autoformación continua y a conocer las estrategias que se desarrollan en otros países de la Unión Europea.
Un intercambio de ideas entre los socios que ha derivado en propuestas de mejora sobre pedagogías innovadoras, aprendizaje basado en proyectos/retos, el peso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), las metodologías activas y la enseñanza cooperativa.
Todo ello concluyó con la elaboración de un banco de recursos y revistas digitales, que ya están a disposición de todos los interesados en la página del proyecto. En el caso de la publicación de Valladolid, hay artículos sobre la impresión en 3D, la educación emocional, el aprendizaje cooperativo, el pensamiento computacional y las aulas como un espacio de innovación.
El asesor de Formación e Innovación Educativa en el área de Inglés del CFIE de Valladolid y coordinador del proyecto Erasmus+ KA2, Javier González, subrayó a la Agencia Ical la utilidad de estos recursos para el profesor que desea tener un primer contacto con el mundo de las metodologías activas y el aprendizaje con dispositivos móviles. «Hemos puesto en una plataforma multilingüe enlaces de interés y colgado una galería de vídeos que servirán para que un docente puede implementar esas técnicas y tipos de actividades en su centro», precisó.
No en vano, los recursos colgados combinan la parte teórica y las experiencias educativas, grabadas en vídeo para animar a los profesores a implementarlas. Además, son recursos que se actualizarán ya que el Servicio Español para la Internacionalización de la Educación (Sepie), dependiente del Ministerio de Educación, obliga a mantener a mantener los resultados durante cinco años.
En ese sentido, el director del CFIE, Jesús Rodríguez, recordó que en este tiempo los integrantes del proyecto europeo han visitado centros públicos y concertados para conocer, de primera mano, las experiencias innovadoras y las buenas prácticas. Innovar, aportar y compartir conocimientos en la práctica docente entre iguales para luego transmitir lo aprendido a los alumnos es el objetivo último del proyecto. «En nuestro caso, hemos presentado experiencias ya que estamos a la vanguardia en nuevas metodologías de enseñanza y somos un referente de ámbito regional entre los 13 centros de formación e innovación existentes», concretó.
Robótica, drones, impresión 3D y realidad aumentada
Los técnicos de los centros de formación del profesorado de España, Polonia, Lituania y Francia han tomado buena nota de las metodologías que ya son realidad en algunos centros como el uso de la robótica, los drones, la impresión en 3D y la realidad aumentada y virtual. Pero también los llamados espacios de aprendizaje flexible, que son las aulas de futuro con gradas que se utilizan en los colegios finlandeses, sin olvidar el peso de la educación emocional.
El coordinador del proyecto apuntó que los cuatro países cuentan con un nivel similar en el uso de las nuevas tecnologías en el aula. «Nos sorprendió Lituania que, pese a que creer que era el más flojo, lleva a cabo una apuesta muy grande por la formación del profesorado en nuevas tecnologías», expuso.
La responsable del ISFEC Aquitaine de Burdeos, Christine Frohlich, apuntó que las diferentes visitas a los centros han servido para conocer el uso de aplicaciones y dispositivos tecnológicos que luego se aplicarán en cursos a profesores. También valoró el proyecto de transformación educativa Rever que lleva a cabo el Instituto Las Salinas en Laguna de Duero (Valladolid), que busca favorecer el aprendizaje a través de las emociones, gracias a la distribución de los espacios y la involucración de docentes y alumnos. «Me ha llamado la atención tener el aula dentro y fuera del propio centro, como salir a la Naturaleza», precisó.
Ginta Tarankiene y Rasa Bortkeviciene, de Kaunas (Lituania), destacó los métodos digitales implantados en los centros de Castilla y León, sin olvidar que han tomado buena nota de la coordinación que ha llevado a cabo el CFIE de Valladolid para que en un futuro puedan liderar un proyecto europeo Erasmus+.
El director del centro de Opole (Polonia), Leslaw Tomczak, consideró «clave» que el profesor tenga competencias digitales, algo que es una «prioridad» desde hace años. «La tecnología es una buena forma de enseñar a los chicos, porque forma parte de su vida y es necesario integrarla de manera natural», explicó. En ese sentido, explicó que en Polonia existen cuatro niveles de competencia digital, que tienen que superar los alumnos.
Tomczak se mostró sorprendido porque los estudiantes de la Comunidad no tienen miedo al uso de las nuevas tecnologías en el aula. Citó el ejemplo de un centro de la provincia de Valladolid donde vio cómo utilizaban los drones y creaban aplicaciones para la enseñanza de matemáticas y otras materias.