El exceso de celo de unos inspectores de Hacienda ha generado estupefacción en Badajoz y más allá de sus límites.
Los agentes de la Agencia Tributaria se presentaron por sorpresa el pasado 1 de junio en la celebración de una boda en una finca de Badajoz, según informa el diario Hoy.
Iban acompañados de la Guardia Civil y al llegar le dijeron a los novios: «Somos de la Agencia Tributaria. Hemos venido a embargar su boda».
La novia entró en shock y el novio montó en cólera. Los más de cien invitados se quedaron sin tarta, sin brindis y sin aire acondicionado, porque los encargados estaban atendiendo el incidente.
Los inspectores explicaron a los contrayentes que no estaban allí por ellos, sino para interceptar el pago de la boda a la empresa de catering, que tenía una deuda con Hacienda. Los novios les dijeron que si no podían solucionarlo el lunes, pero ellos respondieron que no.
Así que hasta que no se levantó acta y los funcionarios de hacienda lograron su objetico, no pudo continuar la celebración, ya perturbada y con daños irreparables.
Los novios tienen pensado reclamar a hora a Hacienda por los daños morales ocasionados.