[dropcap]C[/dropcap]aen las trapas de los establecimientos, se han ido los últimos clientes y comienza el trabajo. El trabajo de reetiquetar todas y cada una de las prendas que tendrán descuento. Así, con una simple pegatina con un cambio de precio sobre otra anterior, comienzan las rebajas.
Detrás de cada una de las decenas de miles de pegatinas que se cambian en dos o tres horas hay un ‘ejercito’ muy bien entrenado que trabaja a ritmo y con muchísimo orden. Todo está pensado y milimetrado. Mientras unos retiran estanterías o soportes, otros entran con los cubos rojos y los demás cuelgan y colocan carteles e indicativos con los tantos por ciento de descuentos que tienen las prendas y objetos.
Para ver lo que se cuece unas horas antes de que comiencen de las rebajas, nos hemos colado en El Corte Inglés justo cuando bajaban la trapa. Hemos visto como se iban amontonándose las pegatinas en las muñecas de los trabajadores; de la organización en cada planta; de que los casi 400 trabajadores trabajando en equipo; hemos sido testigo de cómo se supervisaban las referencias para que cada prenda tuviera el descuento asignado y hablamos de varias centenas de miles, es un número de referencias menor que en Navidad, cuando en las rebajas de invierno se acerca al millón de referencias.
Hay plantas que es más sencillo que ‘entren’ en las rebajas, como la de electrodomésticos u hogar, pero las hay muy complicadas, como las de ropa o la sección infantil.
A primera hora de este viernes, todas las prendas y objetos que se encontrarán los miles de clientes que pasen por El Corte Inglés estarán rebajadas, porque las casi 400 personas que han trabajado hasta la medianoche han hecho muy bien su trabajo.
Nota para los desconfiados o recelosos. No hemos visto durante todo el reportaje sacar cubos o cajas de los almacenes con prendas u artículos de otras temporadas. Bastante tenían los trabajadores con reetiquetar las que se encontraban en la tienda.
Lo que hay detrás de las rebajas, es mucho trabajo.