Los transportistas salmantinos reclaman, de nuevo, la supresión total del céntimo sanitario (ahora llamado impuesto sobre hidrocarburos) que aplica la Junta, y temen la implantación de otras medidas restrictivas, en este caso en Francia, para regular el cabotaje.
Los transportistas pueden reclamar el céntimo sanitario y recuperar lo que pagan al llenar sus depósitos en ruta, algo que no ocurre con los profesionales del transporte ligero, según explica José Antonio Mateos, presidente de la Asociación Transportistas de Salamanca (Astasa).
Con todo, considera que la principal perjudicada es la Hacienda regional, porque al poner un impuesto de 0,048 céntimos, que se suman a los 0,02 del Estado y añadirle el IVA, el litro tiene un sobrecoste de nueve céntimos. El tramo autonómico es el más alto permitido, por lo que las gasolineras de Castilla y León no pueden competir con las de Madrid y el País Vasco, que tienen precios más bajos. «Todos los transportistas portugueses que van a Europa y pasan por Salamanca repostan en otra comunidad autónoma, sobre todo, el País Vasco. Aquí repostan los que van a Portugal, donde el gasóleo es más caro, y cogen lo justo para entrar y salir, pero esperan a llegar de nuevo al País Vasco para cargar», señala Mateos.
Portugal y Francia
Y eso en el caso de los transportistas que no tienen la posibilidad de repostar en las instalaciones de su propia empresa, porque el que la tiene «apenas utiliza la red de fuera», apostilla.
Preocupan más al sector del trasporte salmantino los impuestos que aplican al cruzar la frontera, como ya ocurre en Portugal por el uso de las autovías, y, últimamente, la propuesta francesa de prohibir que los transportistas que no son de una empresa gala puedan realizar en territorio francés el descanso semanal, ya que será obligatorio que lo hagan en su país de origen. Eso, según Mateos, persigue el objetivo de «controlar el cabotaje de los portugueses, españoles, rumanos y búlgaros. Eso ya lo aplican en Bélgica, pero es una medida drástica», insiste. En España ese cabotaje ‘intruso’ lo realizan los portugueses.