Susana, una azafata de eventos de 45 años, acudió este lunes al programa ‘First dates’ en busca de pareja, a pesar de sentirse una privilegiada física y económicamente. «Me defino en el amor como una romántica, incluso un poco chapada a la antigua, y busco un hombre afín a mí, con un nivel económico importante,… Me gustaría tener un marido que estuviese muy bien económicamente y nos pudiésemos comprar un yate para navegar, ese es mi sueño».
Dijo que ella sí tiene solvencia «y no me da miedo que estén conmigo por dinero».
Dice que ha vivido siempre de su imagen y que eso de ser agraciada es incluso perjudicial para la salud mental y la vida social, porque lo echa todo a perder. «Me da miedo y rabia es que estén conmigo por mi físico, y eso me pasa muy frecuentemente. No tengo amigas porque me tienen un poquito de envidia, estoy muy sola. Me siento rechazada, fuera de la sociedad, discriminada. Ser guapa es perjudicial para la salud mental», dijo tan ricamente.
Cuando apareció Pablo, su cita, un leonés que vive en Alicante, dijo que buscaba una mujer cariñosa, atractiva y que se cuide, como Susana, «que reúne todas las condiciones».
Sin embargo, ella al principio lo recibió con brusquedad y desconfianza. “¿Cuánto dinero tienes en el banco?”, le preguntó para saber si podía ir mirando algún yate. Pablo confesó que “alrededor de 1.500”, a lo que ella respondió tajante que «con eso no podemos casarnos”.
Aunque eso le hizo perder muchas opciones, luego coincidieron en que preferían no tener hijos, y se dieron un lote importante en el privado antes de tomar una decisión.
Cómo sería la cosa que Susana relegó el yate y los 1.500 euros a un papel menos relevante y decidieron que tendrían una segunda cita. El amor y sus cosas.