Las aguas bajan revueltas por el margen izquierdo de la política salmantina. Muy revueltas, de hecho. La resaca electoral sigue coleando por las formaciones integrantes de la coalición entre Unidas Podemos, Ganemos, IU y Equo, sin representación por Salamanca en las Cortes de Castilla y León ni en la Diputación, y con la mitad de concejales que hace cuatro años en el ayuntamiento capitalino. Desastre total que ya se ha cobrado su primera víctima en forma de dimisión: Gabriel Risco no recogió su acta de concejal y abandonó la política municipal.
El problema no acabó con la marcha de Risco, sino más bien todo lo contrario. El retorno de Virginia Carrera, a pesar de que las urnas no le otorgaron la condición de concejala, ha abierto la caja de los truenos. La pugna entre Virginia Carrera y Carmen Díez -número dos de la coalición- ha sido una constante desde la dimisión de Risco, con discrepancias en privado y también en público. En el primer pleno municipal tras la cita con las urnas, llegaron a votar por separado y en sentido diferente, ante la perplejidad de propios y ajenos. Después del bochornoso espectáculo muestra de la división casi irreconciliable entre Carrera y Díez, las dos asesoras de Ganemos dimitieron ipso facto.
Cuentan a este confidente que las dos trabajadoras con tareas de asesoramiento encomendadas tenían intención de seguir, hasta el punto de haber renovado su compromiso para los próximos cuatro años. Después de lo ocurrido en el pleno y el mal ambiente entre las formaciones políticas de la coalición, decidieron poner punto y final a su relación laboral. Estas renuncias han abierto otro frente entre Podemos e IU, los dos partidos que pugnan por el control del grupo municipal y de la portavocía. Ahora están enfrascados también en la pelea por ver quiénes ocupan los puestos de asesor que les corresponden, dejando a un lado la promesa de cubrirlos con funcionarios, porque hay “personas de partido” muy interesadas en optar a esos cargos tan bien remunerados.
El acuerdo en el seno de la coalición parece imposible. Virginia Carrera -con el respaldo de IU, bajo el control del Partido Comunista en Salamanca- quiere hacer prevalecer el acuerdo preelectoral que establecía que el primer puesto en la coalición correspondía a Ganemos y no a Podemos. Pero con la dimisión de Risco ese acuerdo no vale para Podemos, que pide respetar el orden de la candidatura y así, su representante, Carmen Díez, debería ejercer como portavoz durante los próximos 4 años. La mala relación entre los líderes de Podemos e IU en Salamanca dificulta el acuerdo: se culpan entre sí del mal resultado, de la pésima campaña y de la falta de compromiso mutuo.
Esta tensa situación podría pasar inadvertida si no fuera porque se acaba el plazo para decidir si finalmente las dos ediles formarán parte de un solo grupo político o les toca compartir espacio, recursos y portavocía como integrantes del Grupo mixto. Este confidente ha podido saber que no hay intención alguna de llegar a un acuerdo, los egos son el principal problema (sobre todo el de quien pretende seguir siendo el perejil de todas las salsas). Mientras tanto, los simpatizantes de Ganemos-Podemos siguen esperando una respuesta a su voto o, al menos, que alguien les atienda en el despacho del ayuntamiento y no se encuentren con la puerta en las narices y las luces apagadas. Por si había alguna duda: sí, Ganemos (y Podemos) en Salamanca, están en crisis.