En el Consejo de Gobierno de este jueves, primero tras la toma de posesión de todos sus miembros, está previsto el nombramiento de los secretarios generales de las consejerías y algunos otros más imprescindibles para que el nuevo Ejecutivo eche a andar. Pero hasta que no se aprueben las nuevas estructuras orgánicas no conoceremos como queda el nuevo organigrama de altos cargos de la Junta, que en principio está llamado a engordar a causa de la consejería de Transparencia, Ordenación del Territorio y Acción Exterior, creada a mayor gloria del vicepresidente Francisco Igea.
La creación de dicha consejería ha dejado reducida a la mínima expresión a la de Presidencia, que de paso ha perdido otras competencias en favor de la Economía. Eso de que llegue un consejero nuevo y se abra paso despojando de funciones a otra consejería anterior le tiene que sonar a Alfonso Fernández Mañueco, quien en 2007, al desembarcar en la Junta José Antonio de Santiago-Juárez y crear la consejería de la Presidencia, vio reducida su área de gestión a unas competencias residuales agrupadas bajo el epígrafe (engañoso a más no poder) de Justicia e Interior.
Habrá que esperar unos días para conocer cuántas vicesecretarias, direcciones generales y entes integran el organigrama de la Administración A y puede que bastantes meses para ver si se reducen los chiringuitos (empresas y fundaciones públicas) que engrosan la Administración B. A este último respecto, el acuerdo de los 100 puntos firmado por PP y Ciudadanos se remite a una comisión paritaria de ambos partidos que no fija ningún tipo de plazo.
Al margen de la cuestión numérica, va a ser curioso observar cuántos altos cargos del último gobierno Herrera sobreviven, cuántos se ven obligados, en su caso, a mudar de consejería y cuántos caídos en las pasadas elecciones municipales y autonómicas encuentran refugio en la nueva Junta.
Cumplida ya la edad de jubilación, se supone que no repetirá en el cargo el decano de los altos cargos de la Junta, Luis Alberto Solís, titular desde 1995 de la dirección general de Carreteras, en la que se ha mantenido con cinco consejeros distintos. Veremos si ya de paso el reconfirmado consejero Juan Carlos Suárez-Quiñones, se anima por fin a soltar lastre y agradece los servicios prestados a los supervivientes de la etapa de la ex vicepresidenta y ex consejera de Medio Ambiente, María Jesús Ruíz, entre ellos el hasta ahora director general de Calidad y Sostenibilidad Ambiental, José Manuel Jiménez Blázquez, a la sazón consejero-delegado de la empresa pública Somacyl, uno de los principales chiringuitos de la mencionada Administración B.
