[dropcap]I[/dropcap]nsistimos, entre comillas («…») porque abundan todo tipo de señales, marcas e inscripciones bajo la vitola de «históricas» y «artísticas» cuando no son ni históricas ni artísticas.
Sí reúnen estas condiciones, y en mayúsculas, los monumentos que las acogen, esconden y cobijan.
Siendo benevolentes, vamos a permitir que el adjetivo histórico las defina, pero sólo porque han aguantado el paso del tiempo; de ninguna manera son artísticas, más bien producto de un afán de notoriedad o de un reprochable vandalismo.
La piedra que caracteriza a nuestra ciudad, franca de Villamayor, arenisca de este nombre, es extraordinaria en su sencillez y hermosa tras su paso por las manos de los artesanos y canteros.
Estilo plateresco, entre otros, en homenaje a los plateros cuyo fino trabajo quedaba reflejado en su ornamental filigrana.
¡Nos duele contemplar cómo esta cantidad de arte es maltratada! sí, en menor medida por el correr de los años que por actos puntuales de una gamberrada o la desidia de quienes tienen la responsabilidad de protegerlo.
Piedras desgastadas, rotas, arrancadas y rayadas con profundidad, en todos los sentidos, dejando una marca que no tiene fácil cura, sufriendo incluso la desaparición o el ocultamiento por intereses económicos…¡en fin!
Pero volvamos a las señales que nos encontramos por sorpresa o por la observación curiosa y a las que sí le podemos otorgar la gracia del perdón por su existencia, porque tienen algún sentido y seguro, alguna explicación.
Relación de marcas encontradas por los Pesquisidores.