Los investigadores de la Universidad de Salamanca, Ainoa Castro y Carlos Hernández, consiguieron 2,5 millones de euros de financiación para sus proyectos en la convocatoria ERC Starting Grants, del Consejo Europeo de Investigación. Dicha convocatoria pretende ayudar a los científicos y académicos “a construir sus propios equipos” y realizar investigaciones pioneras en todas las disciplinas. Para la Usal en este caso, “es hermoso reconocer la escritura y la luz” con estos dos proyectos pioneros, como destacó el rector, Ricardo Rivero.
Rivero señaló que se trata de “proyectos de alto riesgo”, que generarán un impacto directo internacional. Durante un máximo de cinco años, estos dos investigadores de la Usal recibirán cerca de 1,5 millones de euros para “convertirse en líderes de grupos de investigación”. Forman parte de los 408 jóvenes investigadores de más de 51 países de todo el mundo, de los que 20 son procedentes de España, que han logrado la financiación a través del programa de investigación e innovación de la Unión Europea, Horizonte 2020.
En el caso de Ainoa Castro, que forma parte del Grupo de Investigación en Antigüedad Tardía y Alta Edad Media en Hispania, su proyecto ‘PeopleAndWriting’, estará destinado a la historia de la Cultura Escrita, y tal y como explicó, intentará recopilar y analizar los escritos “de la gente normal” de la época, para descubrir lo que la escritura significó para las comunidades laicas, cómo modeló su vida cotidiana y cómo fue el uso de la escritura de personas individuales dentro de sus sociedades. A partir del estudio interdisciplinario de estas fuentes que “desafían la regla”, como señaló esta investigadora, el proyecto propone un método novedoso que combina enfoques de estudios de manuscritos a antropología para revelar la historia oculta de las personas que escribieron, firmaron, leyeron y guardaron estos manuscritos, basándose en el análisis gráfico, textual e histórico de las fuentes.
Además, el proyecto se centra en “un corpus de manuscritos hasta ahora no estudiado de la Península Ibérica” que se pondrá a disposición del público en general, con el objetivo de integrar a Iberia en el debate recientemente abierto sobre Comunicación Medieval, con la exploración de nuevas vías de investigación sobre escritura y cultura.
Por su parte, Carlos Hernández, del Grupo de Investigación en Aplicaciones del Láser y Fotónica (ALF-USAL), pretende explorar las nuevas oportunidades que ofrecen los pulsos láser. Se trata de un proyecto “teórico de ciencia fundamental”, indicó, en el que se estudiarán nuevos regímenes de interacción de la luz con la materia. En concreto, se buscará extender la generación de estos pulsos láser de luz estructurada hacia los rayos X, que permitan interaccionar con la materia a escala nanométrica y abrir así nuevas vías en el campo de la nanotecnología ultrarrápida. En ese sentido, Carlos Hernández, explicó la posibilidad de inducir campos magnéticos ultrarrápidos que permitan explorar mecanismos de almacenamiento magnético de información de alta velocidad.
ERC Starting Grants
El Programa ERC Starting Grants, promovido por el Consejo Europeo de Investigación, está destinado a ayudar a la creación de grupos de investigación independientes cuyo investigador principal esté en posesión de un título de doctor con antigüedad de entre dos y siete años y cuya actividad investigadora esté en la frontera del conocimiento de cualquier temática. Los investigadores pueden ser de cualquier país del mundo siempre que desarrollen el trabajo en uno de los Estados miembros de la Unión Europea o de los países asociados.
En la esta convocatoria ERC, el Consejo Europeo de Investigación otorgó proyectos a 408 jóvenes investigadores de 51 países de todo el mundo. Las subvenciones, por un total de 621 millones de euros, forman parte del programa de Investigación e Innovación de la UE, Horizonte 2020.
La investigación financiada por ERC se llevará a cabo en 24 países, con instituciones de Alemania (73), el Reino Unido (64) y los Países Bajos (53), entre otras. De este modo, las becas ayudarán a los científicos seleccionados a construir sus propios equipos de investigación, creando cerca de 2.500 empleos para becarios posdoctorales, estudiantes de doctorado y otro personal de las instituciones anfitrionas.