Manuel Pertegaz cierra para siempre su taller. El genio de la aguja, el hilo y el patrón muere a los 96 años en Barcelona.
Mañico de nacimiento, su pueblo Olba en Teruel vio como correteaba por sus calles un niño que sería a la larga el gran maestro de la Alta Costura española, porque no quiso irse de nuestro país y desarrolló su vida laboral aquí. Vistió a las más altas esferas del panorama social de una época gris y él supo darle color, lujo y glamour.
Su primer taller lo abre con 30 años, en 1948 en Madrid, en el barrio de Salamanca, muy cerca de Serrano. Aunque no abrió talleres fuera de nuestro país, sí que se formó en Estados Unidos y París, donde se pudieron adquirir prendas en grandes almacenes y en boutiques.
Tanto es así, que la Universidad de Harvard le concedió el prestigioso Oscar de la Costura, convirtiéndose en el primer español que llevó sus vestidos hasta la lujosa y elitista Quinta Avenida de Nueva York.
En 1957 muere Christian Dior y todos lo señalan como el sucesor del genio francés, pero el prefiere quedarse aquí, aunque su nombre ya es internacionalmente conocido. Además, de los primorosos diseños, Pertegaz amplió su empresa con perfumes y complementos.
Ya semi retirado, recibe un encargo muy especial, el de vestir de novia a Letizia Ortiz Rocasolano en 2004. El vestido entrará a formar parte de la historia de nuestro país, no sólo en el mundo de la moda, más bien en el de la historia nacional, al convertirse diez años después en Reina de España.
