En 1991 nacen Los Coronas de la mano de Fernando Pardo y David Krahe bajo la manta del surf instrumental y con la filosofía sonora de los años 50 y 60. Como ave Fénix que resurge de sus cenizas rememoró la música surf Tarantino con su película Pulp Fiction.
Los Coronas han inyectado en la salud de España los flashback de un género purista absorbiendo ritmos de Surfaris, Chantays o Ventures consiguiendo hacer célebre el género para muchos jóvenes.
Con más de una docena de discos a sus espaldas el combo de Fernando Pardo: guitarra, David Krahe: guitarra, Roberto Lozano: batería, Javier Vacas: bajo, Y evhen Riechkalov: trompeta, sigue desgarrando púas para lograr canciones enérgicas y desmelenadas, e incluso en un alarde de generosidad han rendido homenaje con un disco al fallecido Sancho Gracia.
Con este telón de fondo y la mezcla de sonidos hispanos los que estén por Salamanca este martes, 9 de septiembre podrán disfrutar de su aleación de surf y rock fronterizo en forma de EP titulada El extraño viaje. Krahe responde a las preguntas de La Crónica.
PREGUNTA.- ¿Cómo habéis llegado a juntar este combo madrileño?
RESPUESTA.- Esta ha sido la formación más longeva, estable, creativa y productiva de Los Coronas a lo largo de sus más de 20 años de historia. Después de tanto tiempo supongo que será la fuerza electromagnética la que nos mantiene unidos, si dependiéramos de las otras tres fuerzas de la naturaleza igual estaríamos hablando de otra cosa.
P.- ¿Podrías explicar un poco vuestra aleación de surf y rock?
R.- Es una mezcla de ritmos autóctonos y melodías importadas del otro lado del atlántico, también al contrario, en este caso la propiedad conmutativa funciona a la perfección.
P.- El surf como género era una música californiana para pasar el rato, para películas de playa, vinilos y documentales como The Longest Wave o Crystal Voyager, ¿por qué ibais a triunfar en España?
R.- La música instrumental tuvo su momento en España, estaban Los Relámpagos, Pekenikes, Los Sónor… de modo que sí había una cierta tradición, un poco artificial, porque surgió al rebufo del éxito de los Shadows, pero ahí estaba y algo de huella dejó. Todas esas bandas desaparecieron muy rápidamente, así que en los comienzos no había público, fue como ir evangelizando a la gente, porque el escaso público que teníamos venía del Rock and Roll y el contacto que tenían con la música instrumental era sobre todo a través de Link Wray, que no es precisamente muy surfero, así que el éxito de Pulp Fiction a mediados de los 90 fue un factor determinante en todo esto. El empeño de sacar adelante a toda costa un proyecto tan personal y que tanto en la industria como en la escena nunca nos han visto como una competencia, sino más bien como unos frikies la mar de salados, nos ha beneficiado a la larga y nos ha hecho conocer a más amigos que enemigos a lo largo del camino.
P.- El padre del surf, Dick Dale, tocaba la guitarra para evocar las olas del mar y las carreras de coches de la subcultura adolescente americana, ¿qué buscáis vosotros?
R.- Yo toco la guitarra por pura adicción, soy un yonqui.
P.- Empezáis en los 90 poco convencidos, con guitarras y música instrumental. ¿Os ha costado encontrar el camino?
R.- Para nada, si teníamos algo al principio, siempre ha sido convencimiento e inconformismo. Es lo que nos ha impulsado para mantenernos juntos y no estancarnos. El camino más o menos ya está dibujado, pero está debajo, un poco escondido, lo que sucede es que hay que desbrozarlo.
P.- ¿Cómo está el rock’n roll en España?
R.- El RnR en España vivía hasta hace muy poco un momento de decadencia salvaje por luchas estúpidas, por falta de unidad, funcionaba como los reinos de taifas, pequeñas alianzas con el gran enemigo y muchas batallitas internas. Ultimamente se ven signos de que puede haber un futuro muy cercano diferente a todo esto, hay grupos, promotores, radios, festivales y hasta se está recuperando la cultura del fanzine, la cual ha sido siempre fundamental en la formación y la difusión de la escena musical independiente de cualquier país.
P.- ¿Os sentís líderes o grupo de culto dentro de la escena del rock instrumental como os califican algunos?
R.- No, en todo caso pioneros. Nos pasa lo que a muchos artistas, que pasan de desconocidos a reconocidos sin llegar a ser nunca realmente conocidos.
P.- El rock mueve masas. Quitando a grandes como Chuck Berry, Surfaris, The Ventures o The Shadows. ¿Es el rock instrumental a día de hoy un suicidio comercial o mediático?
R.- El estilo ortodoxo puede que tenga un recorrido más limitado, con un cantante puedes mantenerte fiel a una fórmula retro y triunfar, ahí tienes a Imelda May, Katty, Daisy & Lewis, JD McPherson, Nick Waterhouse, etc, pero el RnR, sea instrumental o no, es juerga, baile, prostitución musical, así que si te propones saltarle todas la costuras al género las posibilidades se multiplican. Hay que tener en cuenta que el género del surf instrumental siempre ha sido un estilo musical y nada más, nosotros hemos querido transformarlo en una idea y darle un contenido distinto. Está bien que haya una parte que se mantenga fiel a la esencia original, esa siempre existirá, tenga más o menos éxito, pero lo interesante es entender el RnR en general como un marco en el que cabe cualquier tipo de inspiración, al estilo de lo que hace actualmente un grupo como Pájaro o lo que hacía un artista como Silvio en su momento.
P.- ¿Cuánto os lleva crear un disco y cómo hacéis para componer?
R.- Los Coronas grabamos muy rápido, ser instrumentales facilita mucho las cosas. En cuanto a la composición, cada uno trae sus canciones y luego se suelen arreglar en conjunto, para todo eso solemos quedar un mes antes de entr ar al estudio, de esa manera las canciones cuando se graban todavía están muy frescas, tienen ese punto de inmediatez, inseguridad e imperfección que va cambiando cuando posteriormente sales de gira.
P.- ¿Alguna vez habéis pensado en probar con el pop surf vocal como the beach boys?
R.- Hay un proverbio chino que dice que es mejor callarse si no se puede decir algo que sea más bello que el silencio, por eso somos un grupo instrumental.
P.- ¿Cuál es vuestro camino a seguir para haber rechazado a E-street Band (banda de apoyo de Bruce Springsteen)?
R.- El de respirar poco y transpirar mucho, pero siempre poder decidir cuándo te paras a disfrutar un poco del paisaje. Nuestra aventura puede considerarse un viaje iniciático hacia una derrota vestida con traje de victoria provisional.
P.- ¿Cómo os sentís fuera de España?
R.- Depende de adónde vayas, pero normalmente con pocas ganas de volver.
P.- Me ha llamado mucho la atención la carátula del disco muy flamenca “Adiós Sancho” homenaje a Sancho Gracia. ¿Por qué?
R.- Nos gusta reivindicar la ejemplaridad de los pioneros, ya veníamos dándole vueltas a la posibilidad de hacer una versión de la música de Curro Jiménez antes de que muriera, está hecho con todo el respeto y la admiración que provoca no solo el personaje, sino también la persona.
P.- ¿Cuántas facetas instrumentales tenéis? Os inspira Camarón, EE UU, las discotecas españolas de los años 60…todo aparece en “Adiós Sancho”.
R.- En un principio pensábamos que nos enfrentábamos a un concepto musical muy sencillo y tendíamos a reflejarlo en nuestra música con ideas demasiado elaboradas, con el paso del tiempo fuimos invirtiendo los términos, nos dimos cuenta de que lo que era realmente complejo era el estilo, que lo habíamos subestimado, que tenía muchas más costuras de las que pensábamos en un principio y decidimos que lo más inteligente era intentar expresar nuestras ideas de la manera más sencilla posible. En el proceso de creación de Adiós Sancho también han participado muchas más personas que en discos anteriores, y eso se nota.
P.- Hablemos de vuestro último trabajo “El extraño viaje”. ¿Qué extraño que introduzcáis voz?
R.- De ahí el título del disco, de hecho el título completo tendría que haber sido “El extraño viaje al mundo de las palabras”.
P.- Versionáis en este trabajo nombres tan dispares como Triana, Muse, Rolling Stones o la chilena Cecilia. ¿Significa que evolucionáis sabiamente?
R.- Todos ellos modulan nuestra relación con la música, también había que intentar grabar con un cantante, dar ese salto al vacío, intentar enfrentarnos a nuestras propias limitaciones. El experimento de la versión de Muse mezclada con Telstar, ya lo habíamos hecho en El Baile Final con la versión de Kraftwerk.
P.- ¿Qué conocéis de Salamanca?
R.- Menos la playa y el metro, casi todo.
P.- ¿Qué nos espera en vuestro concierto?
R.- Una mezcla de cacofonías, melodías surrealistas, chistes malos, ritmos extenuantes y actitud explosiva, cada una de esas cosas por separado es una mierda, pero no sé por qué, todas juntas a nosotros nos funcionan.
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