Las elecciones generales celebradas este domingo en España solo han servido para constatar el auge de la ultraderecha, que se ha convertido en la tercera fuerza política del país, y que no se vislumbran mayorías a la vista. El PSOE y Unidas Podemos bajan, y la derecha reduce la distancia con la izquierda gracias al crecimiento del PP y de Vox a costa de Cs, que se hunde y cae en la irrelevancia tras su estrategia de pactos con el PP después las elecciones municipales y autonómicas.
El PSOE ha vuelto a ganar las elecciones, pero se ha quedado con 120 diputados, tres menos que en abril, tras perder 800.000 votos.
El PP ha mejorado, pero por debajo de sus expectativas. Partía de los peores resultados de su historia, con 66 diputados, y ha conseguido 87, y 600.000 votos más que hace seis meses, pero no tiene opciones para formar una mayoría.
Siente ya en su espalda el aliento de Vox, que se ha convertido en la tercera fuerza política del país, con 52 escaños (28 más que en abril) y un millón de votos más que en las elecciones de hace medio año. El partido de la ultraderecha ya tiene 3,6 millones de votos (a 1,4 del PP).
Unidas Podemos ha aguantado mejor delo que se esperaba tras la aparición de Más País, y ha sumado 35 escaños, siete menos que en abril y 600.000 votos menos que en los anteriores comicios.
Cs ha quedado como unan fuerza casi irrelevante, con 10 diputados tras perder 47 y 2,5 millones de votos en solo seis meses.
De este modo, el bloque de la izquierda suma 155 escaños y el dela derecha 149, cuando la mayoría absoluta esta en 176.
De nuevo cobran fuerza los partidos nacionalistas, con lo que las fichas vuelven a la casilla de salida. Eso sí, en esta ocasión el PSOE podría sumar contando con los votos d Unidas Podemos, el PNV y Esquerra Republicana de Catalunya, que son nacionalistas no independentistas.
De hecho, Pedro Sánchez dijo que este vez «sí vamos a desbloquear la situación», mientras los afiliados le gritaban «con Iglesias sí, con Casado no», aunque el presidente convocó a todos menos a Vox para «buscar un gobierno progresista liderado por el PSOE».
En el Senado, el PSOE ha perdido la mayoría absoluta y ahí sí que tendría que mirar a PNV y ERC.