Albert Rivera ha presentado su dimisión en el comité nacional convocado para este lunes tras los desastrosos resultados del partido en las elecciones generales celebradas este domingo. El líder de Cs anunció, además, que abandona la política, lo que deja al partido descabezado y con el futuro comprometido.
Cs perdió dos millones y medio de votos y 47 de los 57 diputados que logró en abril, quedando relegado a la sexta fuerza política del país, superado incluso por ERC.
Tras la reunión de la ejecutiva, anunció su dimisión como presidente del partido, que no tomara posesión de su acta d diputado y que abandona la política para seguir su vida lejos dela política. «Es el momento de servir a mis padres, mi hija, mi pareja y mis amigos», dijo emocionado.
El presidente de Cs anunció la noche electoral que asumiría responsabilidades sin aclarar cuáles, porque las aplazó para un futuro congreso extraordinario del partido para que los militantes eligieran a su nuevo equipo directivo.
Rivera lo tuvo todo tras las elecciones generales de abril y las municipales y autonómicas de mayo. Pudo entrar en un gobierno nacional con el PSOE, para controlar su rumbo, y también en numerosos ayuntamientos y las comunidades autónomas de Castilla y León, Murcia y Madrid. Pero le cegó su ambición personal mal calibrada, pensó en que podía convertirse en el líder del centro derecha española (se quedó a nueve diputados del PP), pero optó por poner un cordón sanitario a los socialistas y apoyó al PP en su momento más bajo,cuando en las campañas electorales se presentó como agente del cambio en esas regiones, como ya hizo en Andalucía para apartar al PSOE del Gobierno tras varias décadas de hegemonía socialista.