La estatua de Francisco de Vitoria asiste estos días a un fenómeno poco frecuente en la plaza del Concilio de Trento.
La dejadez, igualmente poco frecuente en las zonas verdes de Salamanca, ha hecho que algunos pinos frondosos invadan bancos y zonas peatonales.
Dado el tamaño de las ramas que asoman más allá de lo recomendable parece que no han recibido la atención adecuada en un tiempo.