Un repartidor murió de repente este martes al sufrir un ataque cardiaco mientras introducía unos barriles de cerveza en uno de los establecimientos hosteleros de la Plaza Mayor.
El suceso se produjo a las 9.30 horas cuando el trabajador estaba llevando unos barriles a un bar y sufrió un desmayo.
Rápidamente se avisó al 112, que dio cuenta de lo ocurrido a las policías Local y nacional así como a Sacyl, que envió efectivos médicos que no pudieron hacer nada por salvar su vida.
Santo, un trabajador muy conocido y apreciado por los hosteleros de la Plaza, estaba punto de cumplir los sesenta años y falleció de repente. «Tenía su día», comentaba un hostelero salmantino.