Como llevan haciendo desde hace más de 4 meses, los trabajadores del CAMP, la residencia San Juan de Sahagún de Salamanca y el CAMPyCO de Béjar, han manifestado este miércoles ante las puertas de sus centros de trabajo, su «total repulsa a la situación que viven los Servicios Sociales en nuestra provincia».
El abandono paulatino de estos centros hace que se pregunten si se está permitiendo el deterioro paulatino de estos centros, porque «no se hacen reformas, no se arreglan desperfectos, no se cubren bajas de personal, ni siquiera las maternales, se desvía personal a otros centros, el material escasea o es de peor calidad, no se dota desde hace años de vestuario al personal… y se derivan usuarios a centros privados habiendo plazas en los públicos. ¿Quieren deteriorarlos tanto para así «justificar» la entrada de empresas privadas?, ¿para que estas empresas se «beneficien » de las personas dependientes, del anciano sin recursos que pagó toda su vida impuestos y cotizó a la seguridad social, con la esperanza de una jubilación digna?», se cuestionan.
Más protestas
Todo lo «justifican» con la «crisis». Y lo que no cuesta dinero ni implica trabajar menos, como son los cambios de turno entre los trabajadores. «No tiene más justificación que el mero despotismo de los que mandan», afirman los trabajadores, que anuncian que «no vamos a cesar en nuestras reivindicaciones, seguiremos manifestando nuestra disconformidad con la manera de gestionar los Servicios Sociales, porque queremos que sigan siendo públicos y de calidad».
