Aparecen apps como en otoño los champiñones. Tanto es así, que estos días, Miranda July presentó en Venecia la app ‘Somebody’ y en agosto el hijo de Aznar y Botella, wibi.
Decía el Hidalgo Don Quijote que el amor nunca hizo ningún cobarde y que une la grandeza con la bajeza; hace posible lo imposible; igual diferentes estados y viene a ser poderoso como la muerte.
La rapidez, la inmediatez y el aquí te pillo aquí te… en el que se vive actualmente han hecho del cortejo una cuestión tan quijotesca como el propio personaje de Cervantes nacido hace más de 400 años.
Y prueba de ello, son las apps, cada vez más orientadas a la búsqueda de encontrar la pareja, logran que sea sencillo, instantáneo y fugaz el encuentro con una persona para fornicar o lo que se tercie.
Dijo El Quijote que el amor y deseo son dos cosas diferentes; que no todo lo que se ama se desea, ni todo lo que se desea se ama.
Las nuevas tecnologías han logrado evitar el temido: “Hola, me llamo…” Ahora simplemente hay que bajarse la aplicación, que más y mejor se adapte a tus gustos, personalidad y momento vital que estés atravesando, y lanzarte cual Hidalgo sobre los Molinos. Hay apps de todas las tendencias sexuales, gustos y colores.
Aparecen apps como en otoño los champiñones. Tanto es así, que estos días, la artista Miranda July acaba de lanzar en el Festival de Cine de Venecia la app ‘Somebody’ y hace unas semanas el hijo pequeño de Aznar, Alonso Aznar Botella, hacía lo propio con una aplicación denominada wibi.
Las apps con más tirón son la clásica Meetic, por aquello que se fundó en 2001, y admite entre sus filas a personas de cualquier orientación sexual. Eso sí, hay que tener cuenta. La Grindr está orientada a los homosexuales como también Bender y Brenda.
Los que sólo buscan un rollito, Badoo es un lugar ideal para el ligue sin compromiso. Además, hay más de 140 millones de almas donde elegir.
Tinder arriesga un poco más, porque se necesita colgar una foto, tener cuenta en Facebook, claro que hoy el que no tiene cuenta en una red social es que no ‘existe’. Es lo más parecido al Barrio Rojo de Amsterdam, porque hasta que no se da al ‘like’ no puedes ligar, como en el viejo barrio holandés, donde ellas son las que le abren la puerta a los clientes.
Si lo que se busca es una dulcinea, en el sentido figurado, es decir, el flechazo, la mejor apps es streetmatching. Ves a ese hombre o mujer que te ha hecho girar la cabeza, pues a través de la geolocalización de Streetmatching, introduces el lugar concreto y la hora a la que has visto a esa persona y quizá te ponga en contacto a través de la app.
Para rizar el rizo, Ashley Madison, que tiene por bandera la infidelidad. Es decir, Ashley Madison logra que dos personas con pareja entren en contacto.
La más sencilla de utilizar es Love Park, porque no es necesario registrarse a través de una cuenta de correo, sólo hay que descargar la aplicación y lanzar la caña.