[dropcap]J[/dropcap]orge Sanz (Valladolid, 1963) ha visto crecer a la criatura desde cerca, sin soltarla de la mano, desde sus primeros pasos hasta la madurez. Director desde el primer minuto de vida del ahora Aguilar Film Festival, asegura en una entrevista a Ical que el evento está «reconocido y asentado», todo ello a partir de un cine «difícil y vanguardista» empeñado en implicar al público joven como relevo generacional.
David Herrero/ ICAL. Los comienzos no son fáciles, pero tras 31 ediciones, la cita cultural del norte de la provincia ya es toda una tradición.
¿Cómo definiría el festival?
Es un festival de cine independiente con una temática muy contemporánea y vanguardista. El público asiste a lo que se hace a nivel mundial en el terreno del cortometraje. Es un cine fresco, abierto y muy libre.
¿Por qué en Aguilar de Campoo?
Aguilar de Campoo ha tenido siempre dos salas abiertas al cine, por lo que había un caldo y un público muy formado en todo el cine que había visto. Ese fue el embrión para hacer un festival que empezó a ser una cita del cine español dedicado a las películas de largometraje nacional. Francia nos lleva muchos años de ventaja en esto, pero los pueblos pequeños o medianamente grandes pueden tener actividades culturales interesantes, más allá de lo habitual. Aguilar siempre ha sido un referente a nivel cultural, a mayores del románico. El ciudadano lo lleva en el ADN y ha sido fácil que cuajara porque el terreno era fértil.
De FICA a Aguilar Film Festival. ¿Es tan importante el inglés?
Es importante reinventarte porque no vale el copia y pega. Hay que estar continuamente reinventándote. Empezamos siendo una semana de cine español, luego se pasó al Fica, para que, en esta edición, se llame Aguilar Film Festival. Desde hace años nos hemos internacionalizado de una forma más fuerte, por lo que la gente de fuera necesita ubicar la localidad. Queríamos que el nombre del lugar donde se desarrolla tuviera un significado especial. Además, la mayoría de gente lo conoce como el festival de Aguilar que, a mayores, nos lleva enlazado a nuestra web con todos los contenidos. Por ello, creíamos que era el momento de cambiar el nombre y modernizar la imagen.
Tras 31 ediciones a sus espaldas, ¿la cita cultural de un pueblo pequeño de Palencia tiene relevancia a nivel nacional?
El Ministerio de Cultura y Deporte nos ha calificado como uno de los diez festivales más importantes de este país en puntuación. No hablamos de lugares pequeños, sino de festivales como Gijón, Sevilla, Valladolid o Sitges. Entre ellos aparece el nombre de Aguilar de Campoo como un pueblecito de 7.000 habitantes especializado en cortometrajes. Yo creo que con todo esto sería suficiente para que aquel que no se lo cree comience a hacerlo ya. Que el Gobierno de España te avale de esta forma es bastante importante.
Aguilar como trampolín a los Premios Goya….
Desde hace años el Festival de Aguilar es preseleccionador para los Premios Goya. Entonces, el que consigue el Premio al Mejor Corto Nacional entra directamente en esa preselección. Fue una lucha que hicimos hace años para conseguir que hubiera festivales que realizaran esta función y, entre ellos, está el de Aguilar de Campoo.
Si tuviera que destacar algo de la Sección Oficial, ¿qué sería?
No lo voy a hacer porque en ocasiones no puedo ser objetivo por los gustos de cada uno. Aun así, puedo decir que muchos de los trabajos han estado premiados en festivales más importantes de todo el mundo. Que vengan avalados es muy importante. Luego existen otras propuestas muy novedosas que han llegado prácticamente en estreno. Al final, el jurado tiene una tarea difícil, como siempre, pero son trabajos con un porte muy vanguardista que ha educado al público en el ámbito audiovisual con propuestas difíciles. El Festival de Aguilar siempre arriesga.
Las actividades alternativas y la programación paralela. ¿Son claves para el desarrollo de la cita cultural?
Claro. El festival es un punto de encuentro, por eso nos visitan los productores, hay charlas con profesionales o talleres con los colegios. Un festival cuesta dinero porque cuesta traer a la gente, pero sino sería otro tipo de evento, que está muy bien. El festival apostó hace tiempo por otro modelo para que la gente venga y conozca el lugar y pueda implicarse con el público normal de la sala. Que puedan hablar con el director a la salida como un punto de encuentro congresual.
¿Qué papel juega el Minifica y los jóvenes?
Desde hace años entendimos que no podemos crecer sin hacer pedagogía y educación. Desde los cero años puedan venir a ver un cine enfocado a esas edades a partir de una animación diferente, porque no solamente existe el cine de Walt Disney o de Pixar. Hay más historias interesantes que se están haciendo en animación, por lo que queríamos integrar esa parte pedagógica de los niños, al entrar por primera vez en una sala. Incluso los que son más mayores puedan programar ellos solos su ciclo. Una parte de colaboración de un público joven que va a ser nuestro relevo.
En un momento de emergencia climática y conciencia medioambiental, ¿la sostenibilidad entra en escena?
Es un planteamiento muy claro que se viene realizando al querer hacer un festival adaptado y sostenible. Hay gente dentro de la organización que antes intenta que todos los lugares sean adaptados para personas con movilidad reducida. También se realiza una traducción simultánea con lenguaje de signos, aun así, nos queda un paso más para todas aquellas personas con problemas visuales. Al mismo tiempo, es sostenible, porque con pequeños gestos es como podemos salvar el planeta, ya que en los festivales se gasta una enorme cantidad de papel. Por ello, se han retirado las botellas de plástico y se ha potenciado la web para así realizar un pequeño folleto en papel de piedra que no utiliza agua, toxinas o madera. Un mensaje al público para trasladar que los pequeños mensajes valen.
¿Qué retos de futuro se marca?
El festival está en uno de los mejores momentos al estar asentado y reconocido nacional e internacionalmente. Ahora mismo hay que intentar conseguir más presupuesto ya que competimos en la Champions, pero jugamos con balones de playa. Hay que intentar trabajar todo el año porque hay muchas propuestas que se quedan fuera y se debe crecer más, porque el festival está en el mejor punto de salida de parrilla.