[dropcap]C[/dropcap]atorce músicos, tres bailarinas y un barítono interpretan cinco piezas dentro de los actos de conmemoración del bicentenario de la pinacoteca
César Combarros/ ICAL. Los visitantes que han decidido pasar la jornada de sábado en el Museo del Prado se han llevado un recuerdo muy especial e inesperado de su recorrido por la pinacoteca madrileña. La música, la danza y la ‘performance’ han inundado varios espacios del recinto a lo largo del día, de la mano del Proyecto Ibérico Orquestal (PIO), una iniciativa del Área Socioeducativa de la Orquesta Sinfónica de Castilla y León, dirigida por Alejandro Garrido, que busca ante todo «innovar» e incidir en la formación artística de alto nivel de los músicos de toda la península.
Catorce músicos (la mitad de ellos maestros de la OSCyL y la otra mitad estudiantes de Conservatorio Superior de España, Portugal y Andorra), junto a tres bailarinas de la Escuela Profesional de Danza de Castilla y León y el joven barítono portugués Frederico de Vasconcelos han sido los protagonistas de una propuesta a caballo entre la ‘performance’ y el ‘flashmob’, cuyo ensayo general tuvo lugar durante dos horas de la mañana en el atrio del Museo.
Ya por la tarde, han sido dos las sesiones (de quince minutos cada una) que han interpretado en la Sala 12 del Prado, la que da cobijo, entre otras piezas, a ‘Las meninas’ de Velázquez, una de las obras más emblemáticas de la historia de la pintura española. Bajo la dirección de Alejandro Garrido, la formación interpretó las arias de Mozart ‘Madamina, il catalogo è questo’, ‘Deh vieni alla finestra’ y ‘Aprite un po´ quegli ochhi’, intercaladas con el ‘Andante’ de Stravinski y con una obra contemporánea como ‘X14’, creada por el propio Garrido.
Garrido, que dirige el Proyecto Ibérico Orquestal de la OSCyL desde hace dos años (la formación tiene tres años de historia desde su creación), explica en declaraciones a Ical que uno de los objetivos de su propuesta es «aportar una visión muy interdisciplinar al repertorio de la música clásica». «La idea esencial es convertir al músico no en un hombre orquesta, sino en un hombre interdisciplinar. El músico se convierte en bailarín y en actor» en una puesta en escena donde no hay atriles ni sillas, y los intérpretes ejecutan el repertorio «de memoria», integrándose en el espacio e interaccionando con él y con el público de una forma «muy directa».
Además, en esta ocasión vuelven a colaborar con la Fundación Personas, que trabaja por fomentar la inclusión de las personas con discapacidad intelectual. Si en anteriores proyectos les habían preparado los decorados y máscaras para sus montajes, en esta ocasión han creado unas faldas que vistieron todos los participantes. «Están haciendo una labor muy importante, y juntos estamos creando unas sinergias muy bonitas», destacó Garrido antes de adelantar que también colaborarán en la próxima iniciativa del PIO, que el próximo año afrontará la sinfonía número 6 en fa mayor, más conocida como ‘Pastoral’, de Beethoven.
Para Garrido poder participar en los actos de cierre de la conmemoración del bicentenario del Museo del Prado es «un gran honor» que no duda en calificar de «maravilloso». Además, recalca el «curioso contraste» y la «paradoja» que supone el encuentro que hoy se haya producido entre «un museo como este, que es un gigante de la conservación», con una propuesta como el Proyecto Ibérico Orquestal, una iniciativa «disruptiva» que lo que intenta es «que los conservatorios no conserven tanto e innoven más».
Este fin de semana el público ha podido disfrutar de un espectáculo audiovisual en la calle que incluye música en directo y juego de luces, en homenaje a la institución, a través de un recorrido por sus obras. La intervención audiovisual se desarrolla sobre la fachada de Goya con la colaboración artística de Daniel Canogar.
Los objetivos del PIO son la innovación, disrupción, atrevimiento, compromiso, formación, liderazgo, multiculturalidad y territorio. En el contexto de la OSCyL, el Proyecto Ibérico Orquestal, al margen de incidir en la formación artística de alto nivel, se amplía con una formación para preparar a los jóvenes para el futuro, dando respuesta a la alta profesionalización del sector y a un entorno de alta competitividad.
También se incide en aportar una visión diferente sobre la expresión musical, corporal y la puesta en escena. En realidad, el músico se convierte en una figura interdisciplinar: en bailarín, músico y actor a la vez, tomando la idea de que, a través de lo interdisciplinar, se potencia la interpretación musical, donde los jóvenes músicos actúan sin partitura.
En el Proyecto Ibérico Orquestal colabora también activamente la Fundación Personas, gracias a la implicación de hasta 60 personas con discapacidad de la Fundación. Además, el vestuario diseñado por Nina Cruz, que utilizan en sus actuaciones, ha sido confeccionado en los talleres textiles de la Fundación Personas, en Guardo (Palencia). La Fundación tiene como objetivo fomentar la prevención, atención e inclusión de las personas con discapacidad intelectual y prestar servicios que mejoren su calidad de vida y la de sus familias.