La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) prevé un invierno en Castilla y León con temperaturas por encima de lo normal y pocas precipitaciones, después de que haber tenido un otoño cálido y húmedo, sobre todo gracias a las abundantes lluvias registradas en noviembre.
ICAL. No en vano, el delegado autonómico de la Aemet, Juan Pablo Álvarez, aseguró este miércoles que noviembre fue un mes «húmedo» o «muy húmedo», con precipitaciones que superaron, prácticamente de forma generalizada y continuada, los 50 litros por metro cuadrado. La temperatura media registrada en los meses de septiembre, octubre y noviembre de 2019 se situó en los 13,1 grados centígrados, siete décimas más que la media entre 1981 y 2010.
Álvarez apuntó, según recogió la agencia Ical, que el número de días con lluvias durante el mes pasado fue «efeméride» en gran parte de los observatorios de la Comunidad, con especial relevancia la estación de Segovia, que registró 27 días de precipitaciones y 25 jornadas con agua «apreciable». Añadió que el balance medio de las precipitaciones se situó en torno al 55 por ciento por encima de su promedio para un mes de noviembre.
En ese sentido, muchas estaciones de medición registraron valores entre 66 y 150 litros por metro cuadrado (frente a los 78 y 130 del año anterior). Destacaron los 277 litros acumulados en Ponferrada (64 más que la media de los últimos años), los 212 de Burgos (159 entre 1981 y 2000), los 188 de León y Valladolid (frente a los 159 y los 138, respectivamente de la media).
Las precipitaciones en el trimestre otoñal han estado entre los 150 y los 282 litros, cuando el año pasado osciló entre los 125 y los 210), y supone un 25 por ciento más que el promedio del treintenio 1981-2010. La variable más sobresaliente fue que hubo precipitación «apreciable» 39 días, 14 más que lo habitual. Hasta el punto que se puede calificar como «extraordinariamente» superior a lo normal, al ser el valor más alto en los últimos cien.
Año hidrológico «preocupante»
Pese a ello, la delegada del Gobierno en Castilla y León, Mercedes Martín, subrayó que el año hidrológico, que finalizó el 30 de septiembre de 2019, deja «datos preocupantes», tras existir un déficit de precipitaciones de un 22 por ciento, con respecto a un ejercicio normal. Puso como ejemplo la ausencia de lluvias en el sur de la Comunidad, como la provincia de Ávila, donde hubo un riesgo de restricciones del suministro para la población.
No en vano, recordó que la estación de la capital abulense solo registró 230 litros en el periodo (1 de octubre de 2018 al 30 de septiembre de 2019), un 59 por ciento de las precipitaciones de la media. Eso sí, valoró que la situación cambió «de forma drástica» con la entrada de las Danas, una vez por mes, y la llegada del otoño.
En cuanto a las temperaturas, el mes de octubre fue suave y los valores mínimos en noviembre fueron más altos de lo normal (casi un grado por encima de la media). El delegado territorial de la Aemet significó este hecho al recordar que solo en el último trimestre apenas se registraron, de media, seis días de helada, menos de la mitad del valor normal. Octubre fue, especialmente, cálido, con una una temperatura media en torno a 1,3 grados por encima de su promedio. Por el contrario, noviembre fue «normal» en la mayor parte de Castilla y León, aunque «ligeramente» frío en zonas de la periferia, mientras que en la áreas de Valle del Duero y del Bierzo fue cálido.
2019, quinto año más cálido
Estos valores suaves harán que el año 2019, y con lo que se espera de diciembre, se coloque –con sus más de 14 grados- entre los cinco primeros ejercicios más cálidos desde 1951. Juan Pablo Álvarez alertó de la tendencia, desde mediados del siglo pasado, es una subida «constante» de las temperaturas. Precisó en que 1971, la temperatura media fue de 10,8 grados frente a los 10,9 grados de 1956, y los 11,3 de 1984.