[dropcap]N[/dropcap]avidad con calor, con mucho calor. Raúl Márquez, desde Venezuela, nos cuenta cuáles son las costumbres y tradiciones que viven allí.
Uno de los momentos más alegres de nuestras infancias, sin duda alguna, tenía que ver con la llegada de la época decembrina. Desde el mismo mes de noviembre, soñábamos con el día en que nuestros padres y hermanos mayores comenzaran a arreglar la casa; pintar las paredes más sucias, cortar la grama y podar los árboles; limpiar los tejados.
Al cabo de estas labores, comenzaba el momento de montar el pesebre, el arbolito de navidad y, si alcanzaban, se colocaban instalaciones de luces navideñas en rejas y ventanas. Llegaba La Navidad, el mes más hermoso del año, sinónimo de alegría y regalos, de compartir en familia, de paseos a ríos y montañas.
Los pequeños de la casa participábamos, sobre todo, en la confección del pesebre. Vale recordar, que el pesebre o nacimiento, como es conocido también en América, es originario de Italia como lo señalan algunos historiadores. Posteriormente, llegó a España desde donde fue trasladado al llamado Nuevo Mundo junto con las demás costumbres católicas y decembrinas.
El pesebre consiste en figuras de barro o arcilla que representan a San José, La Virgen María, el Niño Jesús y los tres Reyes Magos. Adicionalmente, se representan algunos animales como la vaca, el burro, ovejas, entre otros.
Concursos de pesebres
Con el fin de promover la confección de pesebres, en pueblos y ciudades del país caribeño se suelen organizar “concursos de pesebres”, en donde las familias tienen la oportunidad de mostrar su creatividad, en muchos casos, utilizando materiales reusables.
Herminia Gámez, vive en el estado Táchira, fronterizo con Colombia, tiene más de 30 años diseñando pesebres, tratando siempre de tocar temáticas diversas, pero manteniendo la esencia religiosa de los mismos. “Cada año tratamos de dedicarlo a diferentes temáticas o eventos. Lo hemos hecho en honor a nuestra selección de fútbol ´La Vinotinto´; también, con trajes típicos andinos; infantiles, vestidos con la indumentaria de llaneras, entre otros”, explica.
Lo cierto, es que esta tradición pervive, a pesar de la crisis que atraviesa el país sudamericano, llenando de alegría a niños y adultos, recordando lo que fue la llegada del Niño Dios de acuerdo con la tradición Católica.
Por Raúl Márquez (Táchira, Venezuela)