Opinión

Felicitación de Navidad

Iglesia de San Juan de Sahagún (calle Toro) y Torre del Aire (plaza de Santa Eulalia.
Iglesia de San Juan de Sahagún (calle Toro) y Torre del Aire (plaza de Santa Eulalia.

 

[dropcap]L[/dropcap]a noche del 24 de diciembre es, por tradición, la de mayor recogimiento, la de los reencuentros, la de la cena familiar, la Nochebuena. El día siguiente es lo que es: ¡25 de diciembre, fun fun fun! Navidad. Pero antes está el 22, el día de la ilusión, el de las expectativas y las decepciones; es el día que, con sus cánticos mañaneros de sorteo loteril y en el caso de que las vacaciones escolares de los niños no nos lo hubieran advertido ya, nos dice que las fiestas navideñas están aquí.

Para evitar sorpresas y que no pasen desapercibidas e inadvertidas, la iluminación navideña de las calles ya nos anuncia desde los primeros días del mes que están muy próximas aunque, a decir verdad, los arcos de luces y demás adornos esperan colgados desde el mes anterior. Por si esto fuera poco, hay muchos que compran la lotería de Navidad en su viaje de vacaciones de verano, no por nada, sino para dar el toque exótico entre los décimos locales aprovechando que la fortuna siempre vive en otros barrios (¡ni la lotería es profeta en su tierra!).

Torres de la Clerecia y corredor superior de la Pontificia (calle Compañía)
Torres de la Clerecia y corredor superior de la Pontificia (calle Compañía)

Llegados a estas fechas, siempre hay quien nos recuerda que esto de la Navidad en diciembre está muy bien, con su muñeco de nieve, los bolazos por sorpresa, la bufanda, los guantes, el gorro de lana; en fin, que sin querer aguarnos las fiestas, lo de los pastorcillos y el nacimiento, las ovejitas, etc. eso es más propio de los meses estivales, que lo han dicho en programas especializados (y no sin razón).

Su celebración la disfrutan tanto creyentes como no creyentes; sin embargo, durante los cuatro primeros siglos d.C. no se celebró el nacimiento de Jesús pues se desconocía su día; por entonces el debate primordial giraba en torno a la fecha en que se produjo tal evento debido a la poca o nada información aportada por las Santas Escrituras. Hasta la actualidad se ha investigado tanto que podríamos decir que no pega mucho por nuestras tierras comer el turrón dándonos un chapuzón en la piscina o tomando el sol en la playa.

Torre de la Catedral Nueva y palacio de la Salina (calle San Pablo)
Torre de la Catedral Nueva y palacio de la Salina (calle San Pablo)

Por cierto, tenemos una duda: desde que entra el Año Nuevo ¿cuánto tiempo pasa hasta que empezamos a pensar en las siguientes Navidades? ¡Ah! y hay más: ¿quién no ha tenido guardados en la despensa o en los armarios de cocina unos cuantos turrones que sobraron del año anterior e incluso alguna botella de champán? porque comer dulces es malo y beber alcohol peor, además, entre lo comprado y lo que traen los invitados…no se da por acabado.

Aportamos otro dato: también determina el comienzo de las fiestas navideñas la llegada de las turroneras de La Alberca a los soportales de San Antonio, antes «portales de las boneras», ahí, en la Plaza Mayor.

Plaza Mayor e iglesia de San Martín (calle Quintana)
Plaza Mayor e iglesia de San Martín (calle Quintana)

En definitiva, lo que estos Pesquisidores quieren desear a TODOS no es «Salud, Dinero y Amor», ni «Feliz Navidad y Próspero Año Nuevo»; independientemente de lo que se reparta en ese Sorteo tan esperado, lo que realmente deseamos es que al llegar el 31 de diciembre todos y cada uno de nosotros hayamos sido agraciados con una SALUD PLENA AL LADO DE NUESTROS SERES QUERIDOS Y EN SINTONÍA CON LA NATURALEZA (¡con permiso de las uvas, claro!). No hay nada más importante, lo aseguramos.

Palacio de Figueroa, Casino (calles Zamora y Concejo)
Palacio de Figueroa, Casino (calles Zamora y Concejo)

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