No todo son comilonas, regalos y buena vida en estos días. Sin quererlo nos encontramos con escenas que contundentes que lo recuerdan con crudeza.
La Navidad no borra de un plumazo la miseria y nos deja imágenes como la de un indigente que ha pasado la Nochebuena durmiendo en un cajero de la calle Toro.
Es la otra cara de las comilonas y de la vida. Un joven que regresaba de una noche de fiesta fue a utilizar el cajero a las 9.30 hs y solo vio al indigente cuando ya había abierto la puerta. Bien por temor o por pudor y no molestarlo se dio media vuelta sin sacar su dinero con el hombre allí tirado.