El Rey abogó en su discurso de Navidad por superar la crisis de Cataluña en el marco de la Constitución, y apeló a los valores que hicieron que España realizara una transición ejemplar de la dictadura a la democracia: la responsabilidad, a los afectos, la generosidad, al diálogo y al respeto entre personas de ideologías muy diferentes.
El monarca dijo que las consecuencias para nuestra propia cohesión social de la revolución tecnológica, el deterioro de la confianza de muchos ciudadanos en las instituciones, y desde luego Cataluña, son «serias preocupaciones que tenemos en España», junto el rumbo de la Unión Europea, los movimientos migratorios, la desigualdad laboral entre hombres y mujeres o la manera de afrontar el cambio climático y la sostenibilidad, entre otras. «Y junto a todo ello, la falta de empleo —sobre todo para nuestros jóvenes— y las dificultades económicas de muchas familias, especialmente aquellas que sufren una mayor vulnerabilidad, siguen siendo la principal preocupación en nuestro país», señaló.
El monarca indicó que después de las elecciones celebradas el pasado 10 de noviembre, «nos encontramos inmersos en el procedimiento constitucional previsto para que el Congreso de los Diputados otorgue o deniegue su confianza al candidato propuesto para la Presidencia del Gobierno. Así pues, corresponde al Congreso, de acuerdo con nuestra Constitución, tomar la decisión que considere más conveniente para el interés general de todos los españoles».
Explicó que «no vivimos tiempos fáciles, pero también creo que, por eso precisamente, debemos tener más que nunca una confianza firme en nosotros mismos y en España, que siempre ha sabido abrirse camino cuando hemos afrontado el futuro con responsabilidad, con generosidad y rigor; con determinación, pero también con reflexión y serenidad. Y tenemos razones sobradas para tener esa confianza. El progreso de un país depende, en gran medida, del carácter de sus ciudadanos, de la fortaleza de su sociedad y del adecuado funcionamiento de su Estado», concluyó.
El Rey elogió a los españoles y sus valores como sociedad, «una sociedad, en fin, emprendedora y generosa, que desarrolla una gran creatividad y un liderazgo indiscutible en muchos campos como la ingeniería, la medicina, la ciencia, la cultura, el deporte o la empresa. Es mucho, así pues, lo que hemos construido juntos, lo que juntos hemos avanzado. Y podemos sentirnos muy orgullosos de los valores que inspiran a nuestros ciudadanos, de la energía, la vitalidad y el dinamismo de nuestra sociedad y de la solidez de nuestro Estado. Y creo que es importante decirlo, no por una autoestima mal entendida sino porque es una realidad contrastada que debemos poner en valor», dijo.