Una mujer de 47 años está en coma tras contaminarse con el metilmercurio de la crema facial que ha utilizado durante siete años para eliminar las manchas y las arrugas de la cara.
La víctima empezó a sentirse mal el pasado mes de julio. Primero tuvo ardor y debilidad en un brazo. Dos semanas después volvió al médico con nuevos síntomas: visión borrosa y dificultades en el habla.
En ese momento saltaron las alarmas y fue ingresada en un hospital de San Francisco (California) para someterla a las pruebas pertinentes para dar con el origen de sus dolencias.
Los análisis develaron que tenía los niveles de metilmercurio un veinte por ciento por encima del límite máximo, a partir del cual este metal altamente tóxico puede afectar al sistema nervioso.
Y así ha ocurrido con la víctima, que ha sufrido un daño permanente y ahora no puede hablar y tiene que alimentarla por gotero.
La crema que utilizó la mujer dos veces al día durante siete años era Ponds Rejuveness, adquirida en México sin las garantías y controles sanitarios que se exigen en EEUU. En su composición tiene mercurio orgánico, que es mucho más tóxico que el inorgánico que tienen la mayoría de las cremas faciales de este tipo.
Quienes utilizan esos productos incluso empeoran cuando dejan de aplicárselos, como fue el caso de esta mujer.
Las autoridades estadounidenses han hecho un llamamiento para que no se compren cremas o productos cosméticos en la calle o en México sin que tengan el precinto de papel de aluminio bajo la tapa y una etiqueta profesional.