[dropcap]C[/dropcap]hema de la Peña tiene entre manos un nuevo proyecto, La luz del silencio, con el que lleva enredado desde 2002, cuando en el Teatro Cervantes de Béjar, acudió al estreno de La Bejarana, la primera película rodada en Salamanca-
Al salir a la calle, en aquel 2002, se emocionó al ver a personas mayores que habían participado en la película, en 1926. «Debió de ser todo un acontecimiento que vinieran a rodar una película a Candelario en 1926, sería algo así como si viniera alguien de Marte hoy en día», desarrolla el director Chema de la Peña.
Después de aquel momento, De la Peña comenzó a investigar y comprobó que La Bejarana fue una película que tuvo repercusión por toda España, «porque tuvo mucho éxito». Y empezó a fraguarse en su mente La luz del silencio, el nuevo trabajo del director salmantino que se rodará en estos primeros meses de 2020.
Pero, antes de que se escuche la claqueta con ‘Escena 1, toma,1 de Luz del silencio’, el director ha tenido un largo camino desde que vio al salir del Teatro Cervantes hace casi veinte años a aquellas personas que participaron en la película de 1926 y cuya memoria iba a desaparecer.
Y por otro lado, cuando el director era niño, su familia solía disfrutar de la zona de Béjar, Candelario, La Alberca,… «Por lo que me contaban mi abuelo y mi padre tenía la sensación de que era un lugar mágico. Las Batuecas, Los Hombres de Musgo…, además me hablaban de la película que se había rodado por allí,… pensaba que era un lugar mágico».
La Bejarana te ha perseguido desde niño…
Sí y tengo más coincidencias, como cuando acudí a una conferencia de Luciano Berriatúa, uno de los mejores restauradores del mundo de cine mudo, que había participado en la restauración de La Bejarana. Me contó que había sido un proceso laborioso y que había una secuencia que no habían encontrado. Me quedé con eso y mezcle todo lo de La Bejarana, la secuencia perdida, mi infancia,… y he montado una historia de una restauradora que viene un poco obsesionada con esa secuencia y hace un viaje iniciático recorriendo la zona.
Ahora estás hablando de La Luz del silencio…
Sí. Ella, la protagonista comienza a rodar los mismos planos del antes y el después que se ve en La Bejarana, entrevistando a la gente que participó en la película. Llega un momento, que cuando está en La Alberca descubre que la gente la conocen, saben su nombre,… pero, ella está segura de que nunca ha estado en La Alberca, por lo que es un desconcierto para Luz, nombre de la protagonista.
El argumento de La luz del silencio continúa con una sorpresa, cuando la protagonista descubre que sí, que había estado en La Alberca cuando tenía ocho años en unas vacaciones familiares y que estuvo 48 horas perdida y nadie sabe lo que pasó.
«Es un juego entre las escenas que faltan en la película y las horas que ella no recuerda de ese viaje infantil. Ella comienza a preguntar, a investigar,… para saber qué es lo que pasó», matiza el director salmantino.
Chema de la Peña explica que la memoria es muy lista porque es selectiva. Se guarda lo que quiere y en este caso, en La luz en el silencio, desde el punto de vista psiquiátrico está muy bien documentado este síndrome de amnesia, sobre todo en episodios infantiles, lo borras. Son episodios que en una edad adulta eclosionan.
De todas formas, La Alberca es mágica…
Sí. He estado en Candelario, La Alberca, Béjar,… tiene una tradición folclórica muy potente, además de historias muy peculiares que dan píe a que estas historias puedan tener más verosimilitud. Además la música apoya mucho visualmente la película.
Candelario y La Alberca son dos pueblos muy bonitos, pero no tienen nada que ver entre sí.
Tienen que ver que salen en La Bejarana. Además, el viaje empieza en Candelario y termina en La Alberca.
La idea que tiene Chema de la Peña es contar con que el equipo técnico y de actores sea de Salamanca.