[dropcap]L[/dropcap]a Alberca desafió un año más a la lluvia y al frío y celebró este mediodía su popular rifa del marrano de San Antón, que congregó en su Plaza Mayor a numerosos visitantes. Una tradición que se remonta a los antepasados albercanos, como explicó el regidor, Miguel Ángel Luengo, quien destacó la importancia de “mantener las tradiciones” de la zona y ese “fin solidario de siempre”.
B.J.L./ ICAL. En esta ocasión la colecta se celebró a beneficio de la Asociación de Asperger de Salamanca y contó también con los familiares de Leandro »Colorín», en su memoria, como padrinos “del marrano”. Sin duda, los paseos del cerdo por las calles del pueblo conquistaron la atención de los asistentes, aunque la mayor expectación la levantó el padrino de honor, Vicente del Bosque, que no dudó en posar con todos aquellos que querían inmortalizar el momento.
Antes de proceder al sorteo, del Bosque firmó en el libro de visitas del pueblo y recibió varios obsequios por parte de la Asociación, para agradecer su contribución para “dar visibilidad” a aquellas entidades o personas más vulnerables.
Por su parte, el exseleccionador, que acudió hace ocho años a este evento, “aunque con mejor tiempo”, como él mismo bromeó, no quiso darse “mayor importancia” porque para él acudir a “su tierra” es todo un honor y se mostró orgulloso de participar también en el mantenimiento de las tradiciones, como es “el marrano de San Antón” y sobre su espíritu solidario, tan solo dijo que “es la sensibilidad que debe tener todo ser humano”.
Este año, el número de la papeleta premiada fue 3.841, que por ahora no tiene dueño.
Por su parte, minutos antes de soltar al animal por las calles, Luengo recordó cómo hace años se alimentaba durante todo el año al cerdo que paseaba por sus calles, como ahora, “para entregárselo a las familias más necesitadas como sustento”, y con el tiempo se ha convertido en una “fiesta de promoción y tradición”, en la que se involucra a todo el pueblo.
A pesar del tiempo, La Alberca convirtió su ágora en una fiesta gastronómica también, que fue degustada por los asistentes, amenizado por los bailes y danzas típicas de la zona.