[dropcap]E[/dropcap]sta semana en tu columna de Yoga:
- Cinco beneficios que harán que vuelvas a tu clase de yoga.
Recuerdo cuando Juana, esta alumna de la que tanto aprendemos, dejó de asistir a sus clases de yoga una temporada por circunstancias personales. Y después volvió.
Hoy en tu columna, Juana vuelve a clase.
Volver a tu práctica de yoga en tus clases, según me contaba Juana, le había dado algo de pereza, pero también cierta emoción de reencontrarse con sus amigos yoguis, con su esterilla y con su práctica. Y yo le añadía una cosa más: el reencuentro contigo misma, con tu cuerpo, con tu respiración y con tus sentires. La vuelta a tu práctica te conecta de nuevo con algo que sabías que te sentaba muy requetebién.
Y una de las anécdotas que Juana me contaba con su chispa era: “¡Si es que me cuesta hasta coger los zapatos del suelo!” Ese es uno de los beneficios que harán que vuelvas a tu clase de yoga: la flexibilidad. Que es como si tuvieras una tortuga en casita a la que hay que dar de comer. La flexibilidad es así, si no crece o no se mantiene, lamentablemente disminuye. Con tu práctica sigues dando de comer a tu flexibilidad, para mantener tus músculos sanos y nutridos, con mucha menos rigidez.
Juana también me contaba que los primeros días que se incorporó le costaba mantener alguna postura donde se trabaja la fuerza. Y así es: cuando se trabaja la fuerza, ésta se desarrolla. Cuanto menos hagas, menos fuerza tendrá tu cuerpo, y se ha demostrado que la fuerza es fundamental para una buena salud corporal.
Y con risas me decía: “¡Bueno, y no te cuento las asanas de equilibrio! Estoy como para ir al circo…”. El equilibrio,como casi todo en la vida, requiere de práctica, y si no lo haces habitualmente (que es lo normal que en tu trabajo no te pongas a hacer la postura del árbol…) pues luego hay que retomarlo.
Y todo esto le comentaba a Juana: “¿Y si te digo que estos tres ingredientes también van directamente a tu cabeza, a nivel mental? Te encuentras mejor cuando practicas yoga porque tu mente se encuentra más: flexible, fuerte y equilibrada”. Esto ya es lo más.
Cuando Juana se sentía genial ya en esta vuelta a las clases, me decía: “¡Y lo bonito que es encontrarte con esa sensación de bienestar, de tranquilidad después de tu práctica de yoga! Esto y ver amanecer, de lo más bonito que hay”.
Y para terminar con las anécdotas de esta maravillosa alumna, me contaba cuando volvió a sus clases: “Es como si todas las partes de mí estuvieran en una concordia de paz, como… enlazadas… ¿A qué se debe?” Le explicaba que casi, casi esa es la definición de armonía: equilibrio, proporción y correspondencia adecuada entre las diferentes cosas de un conjunto. Con un resultado que siempre connota belleza.
Así que espero que, si lo necesitas algún día, recuerdes estos cinco beneficios que enamoraron a Juana para volver a su clase de yoga.
Ten un buen día y cuida tu energía. Ganhesa Salamanca