El coronavirus está poniendo en jaque al mundo entero ante el temor a los efectos y la extensión de la enfermedad. Mientras el número de casos y fallecimientos aumenta en China y en España se descartan posibles afectados, la incertidumbre mantiene una línea ascendente y la población mundial toma medidas que permitan frenar el avance de la enfermedad.
Dos músicos de Castilla y León que residen en China, donde trabajan para la Orquesta Sinfónica de Fuzhou, regresaron a España para pasar unos días de vacaciones por el Año Nuevo Chino, en el inicio de la expansión de la infección, y viven con incertidumbre su futuro, porque no saben si las autoridades les permitirán entrar en las fechas cuando prevén regresar en unos días y cuándo empezarán a trabajar de nuevo porque ya les han suspendido dos conciertos en espacios públicos.
Juan Pablo Muñoz es natural de Medina del Campo (Valladolid) aunque reside en China desde hace tres años, donde es trompetista en la Orquesta Sinfónica de Fuzhou junto a otros cinco españoles, dos de ellos de Soria, además de que es profesor de música en la Universidad. Desde hace unos días se encuentra en España de vacaciones, con motivo del Año Nuevo Chino, por lo que reconoce que no ha tenido mucho contacto con la enfermedad porque “nos fuimos justo cuando empezaba a escucharse que había un virus”.
Después de trabajar por prácticamente todo el mundo, Juan Pablo se encontraba en Dinamarca cuando tuvo la oportunidad de trasladarse a China, donde se encuentra desde entonces. Aunque por las noticias que tiene desde la distancia, explica que en el país oriental “se lo están tomando muy en serio”, aunque la celebración del Año Nuevo Chino facilita que haya mucha gente en sus pueblos, como ocurre en España en un mes de agosto, aunque el virus ya ha llevado a las autoridades chinas a alargar las vacaciones, en un principio una semana.
La ciudad de Funzhou se encuentra a unos 800 kilómetros de la zona más afectada. “Está cerquita”, y la gente viaja mucho “en especial en estas fechas”. En principio está previsto que regrese a China la próxima semana, aunque por el momento la incertidumbre es la que impera porque, en general, las decisiones al respecto se toman “de forma independiente”, en especial en la cuidad en la que reside. Por el momento, ya se han cancelado los conciertos que la orquesta de Funzhou tenía previstos para los días 15 y 22 de febrero.
Decisiones
Será en función de las decisiones que se vayan adoptando en la ciudad en la que vive cuando tenga mayor certeza sobre el futuro más inmediato, aunque Juan Pablo Muñoz insiste en que se han cerrado espacios públicos por lo que, siguiendo los protocolos, prevé que se pueda empezar a trabajar a finales de febrero porque “no podemos tocar en público”.
“Sabemos lo mismo que aquí”, incidió Juan Pablo, quien dijo desconocer desde cuándo está habiendo problemas con este virus o si se ha “escondido” hasta ahora. Pero por el momento todo sigue en el aire “por si cambia el plan” porque “todo es muy precipitado” y nadie tiene certeza de lo que ocurre “hasta que no habla el alcalde o el jefe del partido”, concluyó.
El soriano Diego Rodrigo Calvo también volvió de Suzhou una semana antes de que estallará la alarma sanitaria, y prevé volver a China el día 9 de febrero, si las autoridades chinas permiten la libre circulación de personas. El soriano toca el oboe en la Orquesta Sinfónica Suzhou, junto con otro soriano y otros españoles más, y señala que debido a la rápida propagación de la enfermedad, las autoridades sanitarias instaron a la formación musical a suspender los conciertos.
“Igual no nos permiten la entrada. Ahora estoy en Soria de vacaciones y mi compañero José Ángel Sainz también, pero él volvió a Soria hace seis días y me contó que en el último concierto les obligaron a poner una mascarilla como medida de prevención”. El músico indicó que, durante su último mes en la ciudad china el virus no había todavía saltado, y agregó que, a pesar de que se extiende con facilidad, su lugar de residencia está a 800 kilómetros de Wuhan, uno de los lugares donde hay más afectados. “Como el virus se incuba durante 15 días no sé si nos permitirán la entrada”, relató.
Texto: Ical