[dropcap]D[/dropcap]ías después de que la última EPA de 2019 certificara que Castilla y León cerró el año con 1.500 parados más, elevando el número de desempleados hasta los 126.600, la Junta y los agentes sociales (CCOO, UGT y CECALE) firman este lunes el nuevo Plan Anual de Empleo negociado en el marco del Diálogo Social.
La coyuntura laboral requería sin duda implementar políticas y medidas mucho más ambiciosas a favor de más empleo y de mayor calidad, combatiendo, amén de la precariedad temporal, la brecha salarial, que en el caso de Castilla y León supone que el salario medio anual de la mujer es un 24 por ciento inferior (casi 6.000 euros) al del hombre. Se trata del primer acuerdo alcanzado entre ambas partes desde que inició su mandato el actual gobierno de la comunidad y, por ende, el primero que suscribe Alfonso Fernández Mañueco. Su contenido apenas aporta novedades respecto al Plan anterior y su dotación presupuestaria se mantiene prácticamente en los mismos niveles.
En la situación política que vive esta comunidad autónoma no cabía esperar del Diálogo Social otra cosa que un acuerdo de mínimos con el que el gobierno Mañueco se limitara a salir del paso, que en general suele ser a lo que aspira. En este caso, con la circunstancia añadida de carecer de unos nuevos Presupuestos de la Comunidad, sin los cuales difícilmente podían allegarse nuevos recursos a las políticas de empleo.
A la gresca con los sindicatos.- UGT y Comisiones Obreras acogieron con alivio el nombramiento de Germán Barrios como nuevo consejero de Empleo e Industria y, como tal, directo interlocutor en materia de Diálogo Social. No era para menos: Barrios venía de presidir el Consejo Económico y Social, donde había mantenido amplia sintonía con ambos sindicatos. Con lo que no contaban estos era que sobre la figura del nuevo consejero, nombrado a propuesta de Ciudadanos, se proyectara la sombra de Igea y su afán en entrometerse en el ámbito de esta consejería, igual que lo ha venido haciendo en las de Sanidad y Cultura. Pero este estancamiento del Diálogo Social no obedece solo a las insuficiencias presupuestarias. La larga luna de miel vivida entre los agentes sociales y el gobierno presidido por Juan Vicente Herrera pasó a la historia con el relevo en la presidencia de la Junta. No se trata solo de que Mañueco no comparte la “química” de su antecesor, que elevó el Diálogo Social a rango de Ley, considerándolo una “seña de identidad” de la comunidad autónoma. Lo que ha enrarecido, y mucho, el clima es la beligerancia mantenida frente a los sindicatos por el vicepresidente de la Junta, Francisco Igea, quien, como suele, ha embarrado una vez más el terreno de juego.
Y en esas andaban cuando trascendió que los sindicatos vetaban el intento del vicepresidente de la Junta de colocar como nuevo gerente del Servicio de Relaciones Laborales (SERLA) a otro de su cuerda, el exdiputado naranja José Antonio Bartolomé, quien perdió su escaño del Congreso por Zamora en las últimas generales. Eso sí, mientras se libraba ese pulso, ha seguido incumpliéndose el acuerdo firmado el pasado año entre Herrera y los agentes sociales precisamente para ampliar las competencias del SERLA y sus medios en las nueve provincias.Recelando de Barrios, independiente con pasado en el PP, lo primero que hizo el vicepresidente fue colocarle, a modo de comisario político, a uno de sus afines en Cs, David Martín, quien renunció a su escaño de procurador por Ávila para ser nombrado viceconsejero de Empleo y Dialogo social.
Después vendría el bronco encontronazo entre Igea y los sindicatos con ocasión de la huelga convocada en la Junta para exigir la restitución de la jornada laboral de 35 horas. Más tarde, las sospechas recaídas sobre UGT y CCOO de que en el pasado habían podido ser juez y parte en el proceso de adjudicación de los Cursos de Formación, materia ésta vidriosa donde las haya.
Con Igea y los sindicatos a la greña se comprenderá que el Diálogo Social no atraviese en Castilla y León su mejor momento. Por mucho que Mañueco y los agentes sociales sonrían a las cámaras durante la firma del nuevo-viejo Plan de Empleo, el mar de fondo sigue siendo de lo más borrascoso.
Lejos de dar un paso al frente y ponerse al frente de las operaciones, la Junta acogía con tibieza la propuesta, dejándose ganar la partida por el gobierno Sánchez, que ha recogido inmediatamente el guante encomendando a la vicepresidenta para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico que se implique inmediatamente en la tarea. A tal efecto Teresa Ribera acude el próximo miércoles a León para dar al espaldarazo a una Mesa a la que el indolente gobierno de la comunidad, una vez más en Babia, se incorpora a la rastra y porque no le queda otro remedio.Mesa por León: la Junta en Babia.- En medio de esta crisis de confianza con la Junta, CCOO y UGT han tenido la habilidad y el acierto de lanzar la propuesta de constituir una Mesa por el Futuro de León que impulse y coordine las actuaciones de todas las Administraciones Públicas para frenar el declive económico y demográfico de dicha provincia. Una iniciativa que ha puesto de manifiesto la falta de liderazgo del gobierno autonómico y su endémica carencia de una mínima Estrategia de Comunidad.