El radar que la DGT tiene instalado en la A-66, en las inmediaciones de la rotonda de Buenos Aires, viniendo desde Cáceres, ha pasado de estar en entre los veinte más multones de España, a caer en el montón y ni siquiera aparece ya entre los 50 más recaudadores.
Ha pasado de ser temible a nivel nacional a dejar de serlo incluso en Castilla y León, donde ya tiene doce más sancionadores, según los datos un estudio realizado por la organización de defensa de los conductores Automovilistas Europeos Asociados (AEA)
Lo que sí conserva es su hegemonía entre los cinemómetros más activos de Salamanca.